En el post de hoy os vamos a contar la historia de la Condesa de Castiglione. Una mujer con una vida alucinante, que además, a día de hoy es conocida como una estrella de la fotografía temprana. Una mujer que ejerció de espía y que ayudó a la unidad de Italia.
La Condesa de Castiglione.
Su nombre era Virginia Oldoni. Nació en Turín, en el seno de una familia de la nobleza italiana. Su educación fue esmerada; dominaba cuatro idiomas, así como la danza y la música. A todo esto le acompañaba una belleza extraordinaria junto con una gracia y desenvoltura muy viva. Sin dejar atrás su desbordante inteligencia.
Con solo 17 años contrajo matrimonio con el Conde de Castiglione, doce años mayor que ella, el cual se mostró desde el primer momento como una persona fría y reservada. Muy distinto del carácter jovial de la condesa. A ella, por el contrario, le encantaban las fiestas y los viajes.
El matrimonio tuvo un único hijo llamado Giorgio que moriría a edad temprana de viruela. En una de las innumerables fiestas la condesa coincidió con su primo Cavour, primer ministro del Rey Víctor Manuel II de Cerdeña y el Piamonte. Este le propuso a su querida prima hacer uso de sus encantos e influir para que el Emperador Napoleón III se pusiera de parte de Italia. Para así atacar al enemigo austriaco y, al mismo tiempo, hacer de espía en Francia. Los condes aceptaron la propuesta y partieron hacia París.
Su romance con Napoleón I.
Tras varios intentos en distintas fiestas, consiguieron ser presentados al emperador Napoleón y a su reciente esposa Eugenia. El Emperador, amante de la belleza femenina, no tardó en caer en brazos de la condesa. Y comenzó un romance que duró dos años y, como era de esperar, escandalizó a todo París.
El escándalo llevó a su marido a pedir la separación matrimonial. El idílico romance se cortó de pronto cuando se descubrió la doble vida de la condesa y la correspondencia que enviaba y recibía de Italia. Se vio obligada rápidamente a abandonar París y a Napoleón. Regresó a Italia donde pasó de la vida fastuosa de París a estar prácticamente recluida en su casa. Años después, volvió a París, donde vivió sus últimos veinte años, en un sencillo entresuelo de la plaza Vendôme. Se convirtió en una mujer solitaria y triste; salía de noche con un velo negro que le cubria el rostro. Le llamaban “la loca de Vendôme”. Murió sola en 1899 olvidada de todos.
Esto es, por supuesto, un breve resumen de su vida. Si os interesa saber más en detalle toda su historia, no dudéis en decírnoslo y hacemos un post más detallado. Pero en el de hoy, queremos centrarnos en su faceta de artista fotográfica.
Artista fotográfica.
Cuando vimos por primera vez esta fotografía nos quedamos sin palabras. Fue tomada, nada más y nada menos que, alrededor de 1863.
En 1856 comenzó a posar para Mayer y Pierson, dos fotógrafos favorecidos por la corte imperial francesa. Durante los siguientes 40 años, dirigió a Pierre-Louis Pierson para que la ayudara a crear 700 fotografías diferentes. Gastó gran parte de su fortuna personal e incluso se endeudó para ejecutar este proyecto masivo.
Os vamos a ir dejando algunas de las fotografías que le hicieron. Nosotras hemos alucinado con todas ellas. Fijaos lo modernas que son para la época. Son fotografías que bien se podrían haber tomado en nuestra época y tienen más de 150 años.
Virginia Oldoini fue una modelo muy consciente. La mayoría de las fotografías muestran a la Condesa con sus atuendos teatrales, como el famoso vestido de Reina de Corazones. Se retrató a sí misma como varios personajes bíblicos y literarios como Beatriz, Salambo, Medea, Lady Macbeth, Judith, una monja, una prostituta, Ana Bolena, Reina de Etruria, Reina de Corazones e incluso un cadáver en un ataúd.
En la década de 1890 comenzó de nuevo una breve colaboración con Pierson, aunque sus fotografías posteriores muestran claramente su pérdida de cualquier juicio crítico, posiblemente debido a su creciente inestabilidad mental. Ella deseaba montar una exhibición de sus fotografías en la Exposition Universelle (1900) titulada “La mujer más bella del siglo”, aunque esto jamás llegó a suceder. El 28 de noviembre de 1899 murió a los 62 años y fue enterrada en el cementerio Père Lachaise de París.
Robert de Montesquiou, poeta simbolista y ávido coleccionista de arte, estaba fascinado por la Condesa de Castiglione. Pasó 13 años escribiendo una biografía, La Divine Contesse, que apareció en 1913. Después de su muerte, recopiló 433 de sus fotografías, todas ellas se encuentran en la colección del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
Vintage by Lopez-Linares.
Como amantes de la fotografía, estamos fascinadas con Virginia Oldoni. Sus poses, el atrezzo, la iluminación… son todo elementos muy novedosos para la época. Parecen fotografías que se hayan realizado en nuestra época. En aquellos años parecía impensable que se hicieran este tipo de fotografías. Pero la Condesa de Castiglione fue, sin duda, una mujer valiente y moderna. Tanto en su vida, como en los proyectos fotográficos que realizó. Os hemos dejado algunas imágenes en este post, pero si queréis ver más, podéis hacerlo en este link. Sin duda os recomendamos verlo!
Bibliografía
Todas las fotografías: Pierre-Louis Pierson, The Countess of Castiglione’s back and hair, The Metropolitan Museum of Art, New York, NY, USA.
Ya estamos terminando el mes de abril y no os hemos hablado de la piedra del mes. Pero tenemos nuestro motivo. Y es que, en 1912, la Asociación Nacional de Joyeros creó la lista oficial de piedras de nacimiento y eligió al diamante como única gema para el mes de abril. Y, como ya sabéis, nosotras no trabajamos con diamantes. En su lugar trabajamos con circonitas.
Así que le habíamos dado muchas vueltas al tema sobre el que hablaros en abril. Al principio pensamos en hablaros de la circonita, nuestro particular diamante. Pero finalmente, para mantener el diamante como piedra de abril hemos decidido hablaros sobre los cortes de diamante a lo largo de la historia.
El diamante en la Epoca Romana
Los diamantes se han engastado en joyas desde la época de los romanos. Y, a lo largo de la historia, han sido muy apreciados por considerarse que tienen todo tipo de propiedades y poderes. Incluidos los mágicos, medicinales y talismánicos. En la época medieval, el uso de diamantes aparentemente podía prevenir las plagas. E, incluso, el diamante en polvo era considerado que servía como un potente veneno.
Edad Media
Durante la Edad Media y hasta bien entrado el siglo XVI, los cristales de diamantes sin pulir se colocaban en anillos de oro. Y, es curioso, que se usaban para escribir mensajes en los cristales de las ventanas. Conocidos como «diamantes puntiagudos», estos cristales octaédricos se engastaron con la punta de pirámide natural de cuatro lados sin pulir sobre la parte superior de la montura de oro. Además, poseían una propiedad inigualable: nunca se desgastaban.
Antique diamond cutting styles
El método más básico para facetar un diamante era el conocido “corte de mesa», simplemente un cristal octaédrico sin pulir con la parte superior esmerilada en un cuadrado. A veces también se eliminaba la punta opuesta del cristal, creando una faceta más pequeña en la parte posterior de la piedra, conocida como culet. El corte de mesa reinó a lo largo de los siglos XVI y XVII. Lo que no sorprende, considerando las dificultades técnicas para pulir un diamante con las herramientas primitivas que tenían disponibles en aquella época.
Siglo XVIII
Los pulidores de diamantes de Ámsterdam y Amberes experimentaron con métodos de corte más complejos ya en el siglo XV. Y fue en Holanda donde surgió gradualmente un nuevo estilo de tallado. Conocido como el “corte de rosa», la corona o parte superior del diamante se cortó en una serie de facetas triangulares geométricas, mientras que el pabellón o parte inferior de la piedra se dejó plano.
Los diamantes rosas se hicieron extremadamente populares a lo largo de los siglos XVIII y XIX. Aunque tienden a parecer más bien grises en comparación con los diamantes de corte más complejo. Fueron engastados invariablemente en plata en bandas bien cerradas conocidas como collets. Se prestaron maravillosamente a los muchos diseños de joyería de moda durante este período: diademas, pinzas, pendientes girandole y anillos de racimo naturalistas. A veces, los diamantes rosas estaban revestidos con papel de aluminio plateado para intensificar su brillo.
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En la foto de arriba podemos ver cómo un miembro del gabinete de Botswana sostiene un diamante en Gaborone, Botswana, el 16 de junio de 2021. La firma de diamantes de Botswana Debswana dijo el 16 de junio de 2021 que había desenterrado una piedra de 1.098 quilates. Que describió como la tercera más grande de su tipo en el mundo. La piedra, encontrada el 1 de junio de 2021, fue mostrada al presidente Mokgweetsi Masisi en la capital Gaborone.
A mediados del siglo XVIII, la sociedad comenzaba a disfrutar de los beneficios del aumento de la riqueza. Socialmente, esta prosperidad significó que damas y caballeros de la nobleza y una floreciente clase media estaban deseosos de vestirse y encontrarse en los bailes, el teatro y las recepciones celebradas en sus espléndidas casas nuevas y fincas. Aquí podían presumir el último vestido de Londres y París complementado con deslumbrantes tiaras, joyas de ramillete y pendientes de candelabro montados con diamantes de talla brillante. El nuevo estilo de pulido que, por primera vez, mostró los diamantes en su mejor versión.
Un brillante moderno se compone de cincuenta y ocho facetas perfectamente proporcionadas. Pero los brillantes antiguos a menudo son bastante desproporcionados y tienen forma de cojín. Sin embargo, el impacto de un broche de diamantes facetados de Georgia lucidos a la luz centelleante de los candelabros fue impresionante. Convirtiendo al diamante en la piedra preciosa más deseada y valiosa de la «Era de la piedra facetada».
Siglo XIX
El descubrimiento de yacimientos de diamantes en Sudáfrica en la década de 1870, especialmente en Kimberley. Y, posteriormente, en el suroeste de África, llevó a que cientos de miles de quilates entraran en Gran Bretaña y Europa occidental. En una economía en auge en la que una sociedad más próspera poseía los ingresos disponibles necesarios para comprar joyas, la mayoría de los principales pueblos y ciudades de Gran Bretaña contaban con varias familias de joyeros que atendían las necesidades del público.
En la década de 1890, las joyas de diamantes podían ser bastante modestas (broches de racimo simples, medias lunas, estrellas, brazaletes de línea y anillos de medio aro que se vendían por mucho menos de 100 libras). O mucho más grandes, como Goldsmiths & Silversmiths Company que vendía coronas y collares de diamantes por más de 1000 libras. El tema subyacente era la disponibilidad. Los diamantes eran asequibles y costosos: a finales del siglo XIX era posible comprar una gran cantidad de diamantes a algún proveedor de Londres en no menos de 23 tamaños diferentes.
Siglo XX
La producción en masa condujo inevitablemente a una mejora en el corte de diamantes. Y, a principios del siglo XX, la introducción del platino revolucionó tanto el diseño de joyas, como la realización técnica de montar piedras con el engaste mínimo visible. Los cortadores de diamantes experimentaron con muchas formas diferentes (baguettes, tallas esmeralda, marquises y briolettes, por nombrar solo algunas). Y su brillo evolucionó hasta convertirse en la piedra redonda simétrica perfectamente proporcionada que exhibe el brillo único tan familiar para nosotros a día de hoy.
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Si te perdiste la piedra del mes de marzo, te dejamos el post para que puedas leerlo aquí. Nos vemos el mes que viene con una nueva piedra preciosa.
Ava Gardner interpretó a «The Barefoot Contessa» en ellos, mientras que Elizabeth Taylor fue «Cleopatra». Grace Kelly se casó con el Príncipe Rainiero en ellos. Las primeras damas, desde Mamie Eisenhower hasta Hillary Clinton, los usaron. Muchas estrellas y miembros del coro en Broadway se pavonearon en ellos. Y las mujeres de todo el país se enamoraron de ellos. Desde los mules con incrustaciones de lentejuelas y perlas de Taylor hasta los elegantes y clásicos zapatos de salón para mujer, estos son los zapatos de David Evins.
En el siglo XXI, los nombres de los diseñadores de zapatos, desde Jimmy Choo hasta Manolo Blahnik, surgen fácilmente en las conversaciones. Pero los diseñadores de zapatos no siempre disfrutaron de tanta notoriedad, ni los zapatos siempre tuvieron tanta prevalencia en el armario de una mujer.
David Evins
Evins (1907-1991) fue el primer diseñador de calzado estadounidense en recibir reconocimiento. Y logró hacerse un hueco en el segmento superior de este mercado. Los clientes que tradicionalmente viajaban a Europa en busca de calzado de moda encontraron los exclusivos zapatos hechos a medida de Evins en Nueva York. Evins, conocido por su comportamiento y discreción tranquilos y elegantes, se encontró profesional y socialmente bienvenido por la élite de la clase alta.
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El cliente de Evins abarcaba más que miembros de la alta sociedad, estrellas de cine y primeras damas. Su público objetivo más amplio eran las mujeres que compraban en los grandes almacenes de alta gama. Cuando Evins comenzó en la industria del calzado, los grandes almacenes tenían la mayor influencia de estilo sobre las mujeres estadounidenses. Tiendas como I. Miller, Bergdorf Goodman, I. Magnin y Saks Fifth Avenue dictaron el éxito de los diseñadores y dominaron al público estadounidense. La línea comercial de Evins se vendía en estas tiendas a las mujeres adineradas de finales de los años 40 y 50.
Evins diseñó zapatos para la mujer moderna antes de que emergiera como la mujer moderna. Si bien eran zapatos caros, las mujeres de clase media y trabajadoras ahorraron para comprar en su línea comercial. El primer par de Evins se vendió en 1946 por $100, lo que, aproximadamente eran la friolera de $861,051 en el año 2008. Mientras que la mujer blanca estadounidense de clase media pasó de ser un ama de casa cerrada a una mujer trabajadora independiente, los zapatos Evins mantuvieron su popularidad. Para ellos, sus zapatos eran de alta calidad, cómodos, elegantes y el artículo «imprescindible» para su armario. La mujer trabajadora ganó posición social y se convirtió en el principal cliente de Evins.
Quién fue David Evins.
La historia de Evins es la historia del sueño americano. La suya es la historia de un niño judío pobre que llegó a los Estados Unidos con muy poco y ascendió hasta convertirse en uno de los principales diseñadores de calzado de moda del siglo XX. Influyendo en lo que vestían millones de mujeres. En 1907, David Evins nació como David Levin en Yanislik, Lituania. La familia Levin se mudó a Londres poco después y su padre comenzó a trabajar como peletero, vendiendo suministros a los mineros de diamantes en Sudáfrica. En ese momento, Sudáfrica era una colonia del Reino Unido y Leopold Levin pasaba nueve meses al año viajando de Inglaterra a Sudáfrica para mantener a su familia.
A la edad de trece años, el padre de Evins perdió su trabajo y su familia emigró a los Estados Unidos. La familia de cinco integrantes, Leopold, Sarah, David, Leo y Francis, llegó a Ellis Island el 12 de julio de 1920 después de partir de Southampton, Inglaterra. Se establecieron en Brooklyn. Leopold encontró trabajo como vendedor, Sarah siguió trabajando como ama de casa y los niños asistieron a la escuela pública. La familia se convirtió oficialmente en ciudadana estadounidense en 1923.
Pero, cómo surgió el cambio de nombre de Levin a Evins?. Levin era un nombre judío de Europa del Este. Sintiendo que Levin era demasiado étnico, dejó caer la «L» y agregó una «S», convirtiendo «Levin» en «Evins». Quería ser más accesible para el público y sintió que convertir su nombre en inglés lo pondría más en línea con la corriente principal de Estados Unidos. El deseo de Evins de anglicanizar su nombre provino del prejuicio de la época.
Cómo se convirtió Evins en diseñador de calzado.
Después de terminar la escuela pública, Evins comenzó a estudiar en la Universidad de Nueva York, donde se graduó en una Licenciatura en Ciencias de la Facultad de Artes y Ciencias Puras en 1934. Después de la Universidad de Nueva York, continuó su educación e interés en el arte en la Art Students League, una escuela de arte en Nueva York. Mientras estuvo allí, recibió una beca para asistir al Pratt Institute.
Fundado en 1887 por Charles Pratt, el Instituto Pratt sirvió para capacitar a las personas en “oficios mediante el uso hábil de sus manos”. Fue aquí donde Evins comenzó a enfocar sus habilidades como ilustrador de moda “porque siempre tuve aptitudes para dibujar, diseñar, no sabía lo que iba a diseñar. . . e ilustrando.” Después de Pratt, Evins decidió seguir una carrera como ilustrador comercial.
Empezó como freelance para varios diseñadores y publicaciones; ilustrando toda una gama de artículos, desde accesorios hasta ropa. Hizo bocetos para revistas, desde Harper ‘s Bazaar hasta Vogue. También trabajó para fabricantes; ilustrando anuncios y copiando los últimos estilos.
Es curioso como Evins se convirtió en diseñador de zapatos. Fue trabajando para una de las revistas de moda, que a Evins se le ocurrió, por primera, vez esta idea. Después de esbozar una serie de anuncios de zapatos para la publicación, comenzó a modificarlos, agregando correas y lazos donde quería. Sus “mejoras” llamaron la atención de la empresa que colocó el anuncio y Evins fue despedido con la sugerencia de que si quería diseñar zapatos, debería conseguir un trabajo diseñando zapatos. 11 Los cambios en los diseños le costaron su trabajo, pero lo empujaron en la dirección de diseñar calzado.
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Poco después del incidente, una revista de calzado lo llamó y lo contrató para un trabajo de tres años. “Caminaba por las tiendas, miraba los escaparates, dibujaba los zapatos y luego… tenía una fecha límite que cumplir.” Pronto se cansó del proceso repetitivo sin una salida artística real. Cuando terminó el trabajo, Evins se sintió listo para dar el siguiente paso en su carrera.
McGee Patterns, Inc.
Fue entonces cuando Evins llegó a McGee Patterns, Inc., una casa de patrones de zapatos propiedad de Max McGee y operada por él. La empresa se especializaba en hacer patrones y hormas para zapatos. Las hormas son una forma de pie hecha de madera o, después de la década de 1950, de plástico, alrededor de la cual se forman los zapatos. Los patrones estaban hechos de cartón con latón alrededor de los bordes.
En McGee’s, Evins comenzó a encontrar su lugar en la industria de la moda. Más tarde dijo: “Ahí es donde realmente aprendí los fundamentos de la fabricación de zapatos, debido a los bocetos de los zapatos y la elaboración de los patrones…” Evins se aventuró en las fábricas y aprendió a hacer zapatos. También hizo contactos en revistas de moda y grandes almacenes.
Cuando Evins comenzó su carrera en la industria del calzado, no había títulos oficiales ni programas de educación superior en diseño de calzado. La mayoría de los diseñadores de calzado llegaron a su oficio a través de aprendizajes o, como hizo Evins, a través de la capacitación en el trabajo. La idea de un diseñador de calzado era un concepto nuevo y la mayoría en la industria aún se conoce como zapateros.
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Evins llegó a la industria del calzado estadounidense en un momento interesante. Ya que la industria del calzado fue una de las primeras grandes industrias del país. El gobierno ayudó a la primera industria del calzado estadounidense al establecer una serie de aranceles en el siglo XIX para ayudar a las ventas del país. A pesar de los aranceles, las importaciones continuaron llegando a los Estados Unidos.
La moda francesa estaba tan de moda que, a mediados del siglo XIX, los fabricantes y minoristas estadounidenses crearon etiquetas para inferir que sus zapatos procedían de Francia. Además de que la moda francesa era el estándar superior, muchos de los zapatos fabricados en Estados Unidos a principios del siglo XIX eran de mala calidad. Los fabricantes usaban materiales baratos y no estaban familiarizados con el producto. Debido a la depresión económica de finales de la década de 1830, la industria del calzado se vio obligada a utilizar productos de mayor calidad para competir con los fabricantes extranjeros.
El cambio en la industria.
La industria del calzado estadounidense recibió un impulso con la revolución industrial. Las máquinas que manejan cada paso del proceso de fabricación de calzado estuvieron disponibles. Alrededor de 1855, el entorno de trabajo estilo cabaña pequeña comenzó a desaparecer y se establecieron fábricas en ciudades más grandes. Todas las máquinas ayudaron “a la capacidad del mercado estadounidense para producir en masa y exportar económicamente una variedad de calzado cosido de calidad”. Los avances de la maquinaria llevaron a que se produjeran más zapatos en los Estados Unidos y, como resultado, se importaron menos zapatos y comenzó la exportación de zapatos.
A principios del siglo XX, Estados Unidos ocupaba el liderazgo en la industria del calzado confeccionado de clase media y baja. Los fabricantes extranjeros interesados en competir en la industria, como Alemania e Inglaterra, “tenían que comprar o alquilar las máquinas y la tecnología a los titulares de las patentes”, que en su mayoría eran estadounidenses.
El cambio en el calzado.
Los estilos de zapatos de mujer se mantuvieron estáticos hasta el siglo XX. La bota y la zapatilla habían reinado durante mucho tiempo como el único calzado aceptable para las mujeres. El calzado a lo largo de la década de 1910 se mantuvo en color neutro y en su mayoría oculto debajo del dobladillo aún largo de los vestidos. Sin embargo, con el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, aumentaron las líneas del dobladillo. Las botas se convirtieron en el calzado de elección, ocultando efectivamente los tobillos de la vista. Después del final de la guerra, la línea del dobladillo continuó su ascenso. Pero las botas ya no eran lo suficientemente largas para ocultar la pierna. Las botas perdieron popularidad y el zapato se convirtió en el artículo de moda en el calzado.
Zapatos David Evins
La industria del calzado estadounidense hasta la década de 1920 se centró en los zapatos funcionales confeccionados y solo unos pocos fabricantes producían zapatos de vestir para ocasiones especiales. Ahora que el zapato se ve físicamente, se convirtió más en un artículo de moda. Los fabricantes comenzaron a producir zapatos novedosos que venían en una variedad de colores y estilos.
La moda de los zapatos.
Eran frecuentes los cambios de moda. Los zapatos novedosos cambiaron rápidamente de estilo, lo que alentó a las mujeres a comprar más zapatos, con más frecuencia.
Los rápidos cambios en los estilos crearon “temporadas” en las que se introdujeron diferentes zapatos. Si bien anteriormente existían temporadas para la ropa de moda, era nuevo para la industria del calzado. Las primeras estaciones fueron verano e invierno. Sin embargo, la rotación aumentó y en diez años las temporadas se ampliaron para incluir la primavera y el otoño. Solo tres años después, en 1923, las revistas comerciales de la industria informaron un aumento del número de temporadas a seis.
Sandalia David Evins
La Segunda Guerra Mundial también había cambiado el panorama de la industria de la moda estadounidense. Con el desplome de la bolsa de valores en 1929, la riqueza de la nación se secó. El dinero escaseaba y la mayoría de la gente ya no podía pagar las necesidades básicas, y mucho menos los viajes a Europa para comprar la última moda parisina. Además, el gobierno de los Estados Unidos, en un intento de impulsar las ventas, impuso restricciones a la importación de moda que llegaba de París.
La desaparición del mercado francés obligó a los diseñadores estadounidenses a comenzar a emerger de su oscuridad. Cuando terminó la guerra, la industria de la moda estadounidense estaba oficialmente en pie. Los nombres de los diseñadores estadounidenses ahora aparecían en revistas de moda y eran reconocidos en los hogares estadounidenses. En la atmósfera de la posguerra, Francia recuperó su liderazgo en la vanguardia de la moda, pero la moda estadounidense ahora tenía un punto de apoyo firme.
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Qué os han parecido los diseños y la vida de David Evins? A nosotras nos ha fascinado conocer mejor su historia Ya que nos parece un visionario. Las sandalias y zapatos de Evins son piezas únicas que jamás pasan de moda. Nosotras luciríamos encantadas cualquiera de sus diseños.
Bibliografía
Evins, Mathew. Interview with L. Nottingham. New York, 2008.
Associated Press, “Even Shoes Make New of Mrs. Ike,” The Washington Post and
Times Herald, April 30, 1954
Hull, Anne V. “Shoe Styles of the Rich and Famous,” St. Petersburg Times, January
13, 1988
Imagen 1: 1956. Zapatos de David Evins para Grace Kelly
Imagen 2: B Altman & Co. Advertisement, 1974. Image taken from: New York Times, March 10, 1974, pg. 17.
Imagen 3: Shoe sketch, c. 1960 – David Evins (New York) Ink on paper. Image: Fashion Institute of Technology, New York, Special Collections Photo by L. Nottingham.
Imagen 4: Evins Shoe Sketch on a Magazine. Shoe sketch, c.1980s. Pen on paper. Image: Fashion Institute of Technology, New York, Special Collections Photo by L. Nottingham.
Imagen 5: Sandal, 1963. David Evins (1907 – 1991) New York. Gilded wood, metal, and rhinestones. Worn by Claudette Colbert
Imagen 6: Sandal, 1962 David Evins (1907 -1991) New York Leather, wood, beads, rhinestones, and sequins Worn by Lena Horne Image taken from: O’Keeffe, Linda. Shoes: A Celebration of Pumps, Sandals, Sippers and More. New York: Workman Publications, 1996. 44.
Empezamos marzo y, con ello, tenemos una nueva piedra de la que hablar: la aguamarina. Que corresponde a los nacidos en Marzo. Os enseñaremos algunas de las aguamarinas más bellas de la historia. Y os mostraremos parte de nuestra colección de pendientes con esta preciosísima piedra.
Piedra de aguamarina.
Es una bonita gema azul verdosa. Forma parte de la familia de los Berilos, como también lo hace la esmeralda. Y debe ese tono azulado a la presencia del hierro en su composición. Su nombre procede del latín “Aqua Marina” que significa “agua de mar”, debido a su característico color azul verdoso.
Las aguamarinas han sido siempre muy apreciadas a lo largo de la historia, a causa de su transparencia y un color puro y delicado.
La aguamarina a lo largo de la historia.
Antiguamente la llamaban “la piedra del marinero” porque estos la llevaban como amuleto para que les protegiera en las tempestades. Una piedra ligada ligada al mar y a los navegantes desde la antigüedad y que evoca la tranquilidad y la seguridad de un mar en calma.
Los antiguos griegos reverenciaban la aguamarina. Estos la usaban a menudo en amuletos protectores, grabados con la imagen de Poseidón, señor de los mares, montando en su carruaje.
Para los antiguos Romanos, la aguamarina era sagrada, por la creencia de que esta piedra azul claro, ofrecía una conexión con Neptuno, el dios Romano de los mares. Esta conexión, la hizo la piedra favorita de los marineros, salvaguardándolos de monstruos marinos y otras penurias que pudieran encontrar en el camino. La piedra también ofrecía prosperidad y aseguraba un retorno a salvo.
En el Antiguo Egipto era costumbre introducir entre las vendas de las momias cuentas de aguamarinas Esto lo hacían para proteger a los difuntos en su viaje al más allá.
Adelantemos el tiempo a la Edad Media. Aquí encontramos que la popularidad de la aguamarina permaneció firme. La piedra era a menudo presentada como obsequio, con la intención de limar asperezas entre viejos amigos y parejas casadas, en desacuerdo.
Piezas exquisitas realizadas con aguamarina.
Hablando de aguamarinas, es imposible no mencionar este exquisito ejemplar de aguamarina tallado en el Periodo Carolingio -en el siglo IX-. Se trata de una aguamarina engarzada sobre un chatón de oro, tallada perfectamente con la imagen de Flavia Julia, hija del emperador Tito. Las aguamarinas tienen una transparencia perfecta y está rodeada de zafiros y perlas. Esta preciosa joya formaba parte de la famosa Pantalla de Carlomagno ((en francés Escrain de Charlemagne).
Julia Flavia
Pero, que era la Pantalla de Carlomagno.
La Pantalla de Carlomagno fue una valiosa obra de orfebrería carolingia donada a la Basílica de Saint-Denis (Francia). Aquí se conservó hasta que fue incautada en el año 1791, y posteriormente fundida durante la Revolución francesa (en el año 1794).
Es considerada una obra única en su género. Consistía en una estructura de oro en forma de pórtico completamente cubierta de piedras preciosas y perlas. Tenía unas dimensiones de 1,10 metros de alto y 82 centímetros de ancho. Se sabe que, en el momento de su destrucción, tenía engarzadas más de setecientas perlas, dos aguamarinas, ocho rubíes, once amatistas, veintidós granates, ciento treinta y cinco esmeraldas y doscientos nueve zafiros. Os podéis imaginar la belleza? Me parece increíble que se destruyera semejante obra de arte…
Pantalla de Carlomagno
A día de hoy, sabemos cómo fue esta maravilla gracias al arquitecto Étienne-Éloi Labarre. Ya que él fue el encargado de dibujar fielmente en una acuarela la estructura y los colores, antes de que fuera destruida en 1794. Esta acuarela se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia.
Piedra Julia
Si bien la pieza fue destruida, su remate superior se ha conservado en la Biblioteca Nacional de Francia, en París. Se trata de una gran aguamarina engastada en una montura de oro, rodeada de zafiros y perlas. El conjunto fue realizado en el siglo IX y es de estilo carolingio. Aunque la piedra preciosa fue tallada en el siglo I. Esta piedra se conoce con el nombre de Julia, hija del emperador Tito. Y debe su nombre básicamente porque la mujer representada en ella es Julia Flavia, la hija del emperador romano Tito. Está considerada una de las gemas antiguas más hermosas.
El entalle romano (firmado en la propia aguamarina por el grabador griego Euodos) está situado en el centro de nueve zafiros, seis de ellos coronados por perlas. Solo el zafiro situado en la parte superior está grabado, mostrando en un lado un delfín, y en el otro el monograma de la Virgen María. Todas las piedras preciosas están engastadas en oro; cada zafiro se fija a la pieza central mediante dos granulaciones. Mientras que las perlas se retienen con un clavo de oro y un engarce de pequeñas hojas caladas. Una auténtica maravilla!
Algunas de las aguamarinas más famosas de la historia.
Don Pedro
Se trata de la aguamarina tallada más grande del mundo. La descubrieron en Brasil tres mineros que la dejaron caer por accidente, partiéndola en tres pedazos. El más largo de ellos fue tallado y pulido por el gemólogo Bernd Munsteiner, quien aseguró que al ver la piedra se enamoró de ella, queriendo sacar de ella toda su belleza. Estuvo estudiando el cristal durante cuatro meses y otros seis más puliéndola y tallándola. Hoy la gema Don Pedro está expuesta en el Museo Nacional de Washington.
Eleonor Roosevelt
Casualmente está aguamarina también se encontró en Brasil. Cuando la encontraron pesaba nada menos que 1.3 kilos. La piedra en bruto fue cortada en dos piedras. Una de ellas tiene un corte rectangular y pesa unos impresionantes 1,298 quilates. La Aguamarina Eleonor Roosevelt, se presentó a la primera dama de los Estados Unidos, Lady Eleonor Roosevelt, en 1936, cuando ella y el presidente Franklin D. Roosevelt, visitaron Rio de Janeiro.
La piedra se dio como obsequio a la primera dama por el presidente de Brasil, como símbolo de amabilidad y generosidad hacia su pueblo, y como amuleto para la seguridad de la pareja, durante su viaje marítimo. Hoy en día, se encuentra frecuentemente exhibida en la librería del museo Franklin D. Roosevelt, en Nueva York.
Tiara Kokoshnik de Aguamarina
Esta pieza está formada por cinco aguamarinas ovaladas de gran tamaño, enzarzadas en un soporte de plástico y diamantes. Formando unas celosías verticales que le dan sentido al concepto kokoshnik. Kokoshnik es un tocado tradicional ruso que usan las mujeres y las niñas para acompañar al sarafan. La palabra kokoshnik describe una gran variedad de tocados usados en toda Rusia.
Lo más alucinante de esta joya es su historia. Y queremos contárosla:
Margarita de Connaught, recibió esta espectacular tiara como regalo de bodas de su esposo, el rey Gustavo VI de Suecia. Margarita sufrió una muerte súbita mientras estaba embarazada de su sexto hijo. Esto provocó que sus joyas tuvieran que repartirse entre sus herederos.
La preciosa tiara de aguamarinas fue a parar a manos de su hijo Gustavo Adolfo. Y en consecuencia de la mujer de éste, Sibila de Sajonia-Coburgo-Gotha. La pareja nunca llegó a reinar ya que Gustavo, quien era el futuro rey, murió en un accidente aéreo antes de poder ser coronado. Esto hizo que fuera su nieto, Carlos XVI Gustavo de Suecia, quien tomara el trono en 1973.
Sibila utilizó la tiara Kokoshnik durante toda su vida. Cuando falleció, curiosamente, en lugar de darle la tiara a quien sería el futuro rey, decidió dársela a su primogénita Margaretha. Pero, la abolición de la ley salida en Suecia (en 1980) llegó un poco tarde para la princesa Margaretha. Ya que, su hermano, el rey Carlos Gustavo tuvo hijos varones, que serían sus sucesores. Al verse tan alejada de la posibilidad de ser reina, decidió alejarse de la vida pública y mudarse a vivir a Oxford. Llevándose con ella, por supuesto, la preciosa tiara.
Qué paso con la tiara.
Como son las cosas de la vida que, en un momento dado, la princesa Margaretha tuvo dificultades económicas que la llevaron a verse obligada a vender la tiara. Y, ¿quién fue el comprador? Su hermano, el rey Carlos Gustavo. Aunque hay otras fuentes que dicen que realmente lo que hizo ella es ceder la tiara a la familia real sueca. Reservándose el derecho de utilizarla cuando vuelva a su país. ¿Vosotros qué creéis que ocurrió realmente?
En cualquier caso, la princesa Magdalena la ha lucido en numerosas ocasiones, posando incluso con ella incluso para un retrato oficial.
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Como veis, la aguamarina es una gema muy apreciada en joyería. No solo por su belleza y color, sino también por su dureza, ya que no se raya con facilidad. La gran variedad de cortes que admite y su luminosidad han hecho de ella una piedra única.
Además, en la Edad Media y en el Renacimiento, las aguamarinas eran símbolo de pureza y salud. Este es el motivo de que se regale un anillo de aguamarinas a las novias el día de su boda. La aguamarina siempre ha sido una piedra semipreciosa muy querida por las mujeres. Esto se debe a su color suave y delicado, y muy favorecedor a cualquier fisonomía femenina. La piedra de aguamarina es aún la piedra favorita entre amados que pasan el tiempo lejos uno del otro.
Os dejamos algunos ejemplos de joyas realizadas con esta magnifica piedra que estamos seguras os van a sorprender. En nuestra tienda online podéis ver una pequeña selección de piezas realizadas con esta preciosa piedra, que tengo que reconocer que es una de mis preferidas.
Encontrar la inspiración… siempre es una incógnita dónde y cuándo aparecerá. Nosotras somos observadoras por naturaleza y siempre tenemos la mente abierta a cualquier detalle que nos pueda inspirar para crear una nueva joya. Hoy queremos hablaros del Tesoro de Guarrazar.
Esta vez hemos viajado bastante lejos en el tiempo. Nos tenemos que remontar al año 711. Fue en esas fechas cuando las tropas musulmanas y bereberes de Tariq Ibn Ziyad atravesaron la península ibérica aplastando en su camino a las tropas de Don Rodrigo. Se encontraron con un camino casi libre para conquistar sin problema Toledo, capital del reino Visigodo en aquel momento. Este es el viaje en el que queremos que nos acompañéis.
Fue a consecuencia de esta conquista que los visigodos decidieron esconder uno de los más increíbles y preciosos tesoros de la época.
¿Quién y cómo se descubrió el Tesoro de Guarrazar?
Tenemos que situarnos a mediados del S. XIX. Por más de 1.100 años permanecieron estas maravillosas joyas ocultas. Pero la casualidad quiso que vieran la luz de la manera más insospechada.
Cuenta el anecdotario popular que una joven llamada Escolástica. – Aquí me he parado a pensar si la joven habría nacido el mismo día que yo, ya que yo llevo este nombre también por haber nacido el 10 de febrero. Eso sí, algunos años más tarde -.
Se dice que Escolástica regresaba de un agradable paseo veraniego con su madre, María Perez, y su padrastro, Francisco Morales. Corría el año 1848 y ese 24 de agosto el calor seguro que sería sofocante, como suele ocurrir en esta época en esa zona de España. El paseo los llevó hasta las afueras de un pequeño pueblo cercano a Toledo, llamado Guadamur. No os olvidéis de este nombre porque merece la pena viajar hasta sus tierras para conocer de cerca todos los parajes que acompañan esta peculiar historia.
Parece que una necesidad fisiológica asaltó a la joven y decidió ocultarse tras unas piedras. Ya era tarde y estaba oscuro, pero a Escolástica le sorprendió el destello dorado de un objeto. Justo a su lado y debajo de una gran losa de piedra, Escolástica se encontraba sin saberlo, sobre una de las tumbas de un antiguo cementerio. Parece ser que los días anteriores había caído una terrible tormenta de verano que había movido toda la tierra. Y por suerte, como consecuencia, había dejado al descubierto parte de las lápidas.
Cegada por la curiosidad, avisó a sus padres, los tres corrieron ansiosos a desenterrar aquel objeto. Ese día, por casualidad, acababan de descubrir una auténtica joya arqueológica visigoda: el Tesoro conocido con el nombre de Guarrazar. Se le dio este nombre por la finca sobre la que se sitúa. ¿Os imagináis la cara que se les quedaría a los tres?
Gran Cruz de Guarrazar
¿Qué hicieron al encontrar el Tesoro de Guarrazar?
Decidieron lavarlo todo en un riachuelo cercano, cargarlo en su mula y llevárselo a casa. Pero lo que no sabían es que en ese momento otro vecino estaba dando buena cuenta de sus actos. Un hortelano de nombre Domingo de la Cruz, quien se acercó al sitio cuando la familia se marchó. Así es como se topó con otra tumba que también contenía parte del preciado tesoro. Domingo desenterró la otra parte y se la llevó a su casa.
Entre las dos familias, y en apenas unas horas, habían desenterrado uno de los tesoros más importante de la historia antigua de la península ibérica.
¿Qué pasó después?
La parte del tesoro que encontró la familia Morales-Pérez terminó siendo vendida a través de un intermediario experto en diamantes al Estado francés. Concretamente al Museo de Cluny. Aún hoy puede verse parte de él en este museo. Y casi fue una suerte que esto pasara, porque gracias a ello, esta parte del tesoro se conserva íntegramente.
El Gobierno español, en medio de un fortísimo escándalo que llegó a las Cortes, intentó recuperarlo sin éxito. En ese momento, Napoleón III esgrimía las más peregrinas excusas para no devolverlo.
Finalmente, en 1941, con una Francia ocupada, el lugarteniente de Adolf Hitler y el nazi Heinrich Himmler, devolvieron al Gobierno español buena parte del hallazgo. Además de piezas arqueológicas de la importancia de la Dama de Elche.
No corrió tanta suerte la parte del tesoro que encontró el hortelano Domingo. El lo que hizo fue mantener las piezas ocultas durante unos años. Solo sacándolas a la luz para vender una parte a varios joyeros toledanos. Estos lo que hicieron fue desmontarlas y fundirlas para hacerlas desaparecer de las autoridades y de la policía. Y con el oro y las piedras realizaron otras joyas. Consiguiendo así que se perdiera por completo su rastro. Me duele el alma solo de pensar la escabechina que cometieron estos artesanos con esta parte del tesoro.
En 1861, agobiado por la presión, Domingo entregaría a Isabel II lo poco que le quedaba del tesoro. Entre otras cosas la valiosa corona del rey Suintila que, lamentablemente desaparecería del Palacio Real en 1921, sin que hayamos vuelto a saber nada mas de ella.
La corona de Suintila, el rey visigodo que expulsó a los bizantinos de la Península
Ese es otro de los misterios aún sin resolver. Pero la historia de este tesoro es mucho más apasionante de lo que en un principio podría parecer. Y esto fue gracias al empeño de Juan Manuel Rojas, un apasionado arqueólogo que se ha dejado la piel en este yacimiento. Y también gracias al ayuntamiento de Guadamur hoy sabemos que la zona no era una simple huerta donde los visigodos enterraron sus tesoros más preciados.
Guarrazar esconde el yacimiento de uno de los lugares de culto más importante de la era visigoda. Un complejo religioso semejante al Santuario de Lourdes en Francia.
En los últimos años han aflorado los muros de un edificio de más de 30 metros de longitud, una iglesia basilical, los restos de un posible palacio, un cementerio visigodo y hasta una edificación que servía de residencia a los peregrinos. También sabemos ahora que había una fuente de aguas curativas. El mismo lugar donde la familia Morales limpio las joyas era el lugar donde los cristianos iban a pedir a Dios su sanación.
Es por esto, y dada su importancia, por lo que el tesoro real se guardaba allí. En los edificios religiosos y reales, de cuyos techos colgaban las coronas votivas de los monarcas y lo que realmente sucedió fue que, ante el avance imparable de los musulmanes, aterrados, los responsables del tesoro buscaron un lugar donde enterrar las joyas. Se les ocurrió que lo mejor era meterlas en el cementerio. Allí nadie miraría. Levantaron dos lápidas, escondieron los preciados objetos, los taparon con piezas de tela y arena y volvieron a poner los cadáveres encima.
El tesoro de Guarrazar.
El tesoro está compuesto por diez coronas votivas —entre las que sobresale la del rey Recesvinto (649-672)— cruces de oro, piedras preciosas, perlas, esmaltes, nácares y cristal tallado. Todo fabricado en el siglo VII.
Hoy, el tesoro se distribuye entre los fondos del Museo Arqueológico Nacional, Museo de Cluny de París y el Museo de la Armería del Palacio Real de Madrid. También hay una copia de las coronas en el Museo de Toledo. Este conjunto constituye el tesoro de orfebrería visigoda más importante de todos los conservados. Y el mejor ejemplo de la actividad de los talleres oficiales de la corte toledana.
Otra anécdota super curiosa es que desde el año 2014 gracias a la alcaldesa de Guadamur, Sagrario Gutiérrez, el lugar es un yacimiento arqueológico visitable, casi único en España. Pues resulta que ella encontraría en una de sus innumerables visitas al yacimiento, un magnífico zafiro semi enterrado en el barro. Este podría ser uno de los zafiros que se desprendió de una corona cuando la familia Morales lavó el tesoro en el riachuelo. Y que quedó allí enterrado hasta que otra casualidad quiso que saliera a la luz de manos de la Alcaldesa.
Vintage by Lopez-Linares.
Nosotras nos quedamos enamoradas de algunas de las piezas que decoran estas coronas. En nuestro afán por ofreceros piezas diferentes, exclusivas y únicas, decidimos lanzar una serie de pendientes y sortijas con el cierre inspirado en estas piezas. El diseño es muy sencillo y está basado en la joyería visigoda de esos años.
Cada pendiente es único. No habrá dos iguales. Para darle así más exclusividad a la colección. Hemos preparado una serie combinando distintas piedras semipreciosas, coral, perlas, madreperla y elementos que podrían haber sido usados por los visigodos. Y los hemos montado con las mismas técnicas que ellos usaron.
Nuestra colección de pendientes del Tesoro de Guarrazar
Os voy a explicar un poquito el proceso creativo para que veáis de donde han salido cada uno de los elementos.
La idea surgió después de una visita guiada al yacimiento Guadamur. Como os decía antes es un pequeño pueblo a escasos 10 minutos en coche de Toledo. Un pueblo curioso que esconde varias sorpresas aparte de este magnífico lugar.
Nosotras tuvimos la suerte de realizar la visita de la mano de Juan Manuel Rojas, el arqueólogo padre de todo este enorme descubrimiento. Realizan visitas guiadas que son una forma de ayudarles a continuar con esta apasionante investigación.
Bueno, la cuestión es que nos enamoramos de la historia y del tesoro. Y de vuelta a Madrid nos pusimos manos a la obra para buscar material gráfico de las coronas. Después de algún que otro diseño y modificación nos quedamos con estas tres piezas.
Y os cuento que la que tiene forma de tulipán está inspirada en una piedra tallada perteneciente a la Iglesia donde estaba el tesoro. Y las otras dos son concretamente de la corona de rey Suintila: la que desapareció en 1912 y no se ha vuelto a saber nada de ella. Nos pareció que era un bonita forma de hacer honor a esa magnífica pieza desaparecida tan misteriosamente. Y así, conservar parte de su belleza en la actualidad.
Esperamos que os hayan gustado las joyas y la historia tan curiosa de este Tesoro de Guarrazar.
Hoy queremos hablaros de Las Joyas de la Wallis Simpson. Es difícil comparar la colección de joyas de la duquesa de Windsor con cualquier otra. La venta final de la colección fue única: no sólo eran éstas las joyas que habían sido elegidas por un rey para dárselas a la mujer que amaba y por la que abandonó un trono, sino que también incluían, por derecho propio, algunos de los ejemplos más importantes del arte y la creatividad de los más prestigiosos joyeros del siglo XX.
Durante todo el noviazgo del Príncipe de Gales con Wallis Warfield Simpson, y también durante su vida de casados, compartieron una pasión por la joyería. Encargando una serie de fabulosas creaciones a algunos de los mejores joyeros de la época. Antes de su muerte en 1986, la duquesa de Windsor dejó instrucciones de que su colección de joyería debería venderse tras su muerte. Y todas las ganancias donadas al Instituto Pasteur en París, como muestra de gratitud a los franceses por toda la amabilidad que habían mostrado a ella y a su marido.
Muchas de las piezas que el Príncipe de Gales encargó para Wallis estaban basadas en sus propias ideas, pasando muchas horas con los joyeros que las crearon.
La subasta de joyas tuvo lugar en Ginebra en abril de 1987.
Casi todas las joyas estaban dedicadas con pequeñas inscripciones o fechas. La primera inscripción fechada se encontró en un collar de doce dijes, que llevaba en el reverso de una placa las fechas “9/4/34 12 de marzo 1934 15/5/34”. No ha sido posible encajar estas fechas con ocasiones en particular, pero los otros dijes del collar rememoran fines de semana en Fort Belvedere, en Windsor, vacaciones a menudo con la Tía Bessie y otros amigos, y eventos mencionados en cartas y diarios. El collar era una pieza simple y muy personal, y aunque la estimación de venta fue de 2000/3000 francos suizos, la joya se remató en 198.000 francos suizos, quedó claro que los compradores estaban dispuestos a pagar un alto precio por lo que ellos consideraban un trozo de historia.
Las siguientes fechas significativas se encuentran en un colgante de una cruz latina en oro que Wallis dio al príncipe también en 1934, y en una cruz latina en platino, similar, que el príncipe dio a Wallis, venía la fecha y la inscripción: «WE are too 25.XI.34”
En 1935 Cartier montaría una pulsera de diamantes con estas cruces más otras 7, hasta completar una pulsera con 9 cruces. Cada una tenía interesantes y a veces divertidas inscripciones.
Había una que conmemoraba su operación de apendicitis en 1944; otra, con la inscripción «God save de King for Wallis 16.VII.36», era un recuerdo del día en que un periodista irlandés intentó disparar al rey. Había también una cruz con una dedicatoria por la boda; se puede ver a Wallis llevándola en los retratos de boda hechos por Cecil Beaton. De nuevo era una joya de gran significado personal, así como de un enorme atractivo.
Las Joyas de la Wallis Simpson
Los regalos continuaron durante el noviazgo con una impresionante pulsera de esmeraldas y diamantes, que Edward le regaló por Navidad en 1935. Ella, en respuesta, le regalaría una pitillera de oro de Cartier, que llevaba un mapa grabado con varios recorridos que ellos habían realizado.
Otra de las piezas más sorprendentes era una impresionante pulsera de rubíes y diamantes de Van Cleef & Arpels, creada por uno de los mejores diseñadores de París, René-Sim Lacaze; un diseño sencillo pero extremadamente elegante, engastado con vivos rubíes birmanos. En el broche llevaba inscrito «Hold Tight (Abraza fuerte) 27.III.36».
En su 40 cumpleaños, el 19 de junio de 1936, recibió un espléndido collar de diamantes y rubíes birmanos de Van Cleef & Arpels. Este original diseño se puede ver en fotografías contemporáneas de la duquesa y en los archivos de la firma, pero cuando llegó a la subasta había cambiado su estilo totalmente. El diseño original del collar quedó pronto obsoleto, y en 1939 se encargó a Lacaza rediseñar la joya. La creación que produjo era espectacular: los rubíes y los diamantes estaban montados como un collar entrelac-de-ruban(un tipo de entrelazado que se usa en tapicería), que sostiene una borla desmontable, se añadieron algunas piedras y el resultado fue una obra maestra del arte de la joyería. Wallis lo llevaba con un par de pendientes a juego de 1936 a los que también había actualizado su diseño; de hecho, cuando aparecieron en la subasta, se habían vuelto a alterar.
Las Joyas de la Wallis Simpson
Su compromiso.
La fecha de compromiso el 27 de octubre el rey dio a su futura esposa un exquisito anillo para celebrar la ocasión. Se compró a Cartier una excepcional esmeralda colombiana de 19,77 quilates, y se montó en un vástago de platino liso con la inscripción: «We are ours now 27.IX.36», una declaración sencilla, pero audaz. Según una entrada en el diario de Marie Belloc Lowndes, Cartier adquirió la esmeralda en Bagdag, pero originalmente era el doble de grande. Cartier decidió que el mercado era muy limitado para una gema de ese tamaño y la cortó por la mitad. Una la compró un millonario americano y la otra el rey.
En diciembre de ese mismo año, y ya con su abdicación consumada, Edward, desde Austria, le envió a Wallis otra joya de Lacaze en forma de un clip de rubíes y diamantes
Hubo muchos otros regalos sentimentales durante estos meses de forzada separación, culminándose en la magnífica pulsera de zafiros y diamantes de Van Cleef & Arpels, que Lacaze diseñó para celebrar la finalización de su contrato matrimonial según la Ley francesa del 18 de mayo de 1937. La boda tuvo lugar el 3 de junio en el Château de Candé en Francia.
Al año siguiente el duque de Windsor regalaba a su esposa una espectacular pulsera de Cartier con la inscripción: «For our first anniversay of June third». Los dos grandes extremos llevaban engastados rubíes de Birmania
Durante toda su vida de casados, la pareja continuó amasando una colección extremadamente interesante de joyas.
En 1946 los Windsor volvieron a Inglaterra a una visita privada, y estando con Lord Dudley en Edman Lodge en Berkshire un ladrón robó todas las joyas que Wallis llevó. Siempre ha habido cierta controversia sobre la magnitud de la pérdida, pero a todas luces fue pequeña porque el grueso de su colección se quedó en Francia
Las Joyas de la Wallis Simpson
La colección de Las Joyas de la Wallis Simpson
Los Windsor adquirieron su primer clip de panteras en 1948. Era una piezas de oro decorada con esmalte negro y con una gran esmeralda en cabujón en bajorrelieve. Que fue la primera joya en gato, totalmente en tres dimensiones, de Cartier.
Durante cerca de dos décadas los Windsor continuaron adquiriendo estos magníficos gatos. En muchas de estas joyas, no sólo el cuerpo del felino era flexible. Sino que su cuello estaba montado de tal manera que el ángulo de la cabeza se podía alterar a gusto. En 1956 adquirieron una pulsera de ónice y caprichosos diamantes amarillos en forma de tigre, y su clip a juego en 1959.En 1954 un par de impertinentes diseñados en forma de tigre con la garra levantada. En todos los casos, el diseño y la calidad eran exquisitas, dando a estos felinos de la jungla poder y belleza junto con un fuerte sentido del movimiento. Una colección de felinos incomparable.
Cartier diseñó un collar de pechera de oro y gemas engastadasen 1945 , de nuevo desmontando muchas de las joyas no utilizadas por la duquesa. De inspiración hindú, este collar resultaba particularmente atractivo en la pequeña figura de la duquesa.
La única joya que el duque recibió de su madre, la reina Mary, era un sencillo collar de una vuelta de veintiocho perlas. Fueron remontadas por Cartier, París, y la duquesa decidió llevarla a menudo con el gran colgante de perla y diamante que adquirió de Cartier en 1950.
Entre sus otras joyas de perlas había un atractivo par de pendientes de perlas y diamantes de Van Cleef & Arpels de 1957. Los Windsor también patrocinaron a diseñadores como Suzanne Belperron, Verdura, Seaman Schepps y David Webb. Éste último creó para ella su propia versión de las «joyas de la jungla». Éstos llegaron en forma de encantadoras ranas decoradas con esmalte y engastadas con diamantes y rubíes en cabujón.
Adquirió del Maharajah de Baroda unas pulseras de tobillo de diamantes y esmeraldas de cabujón de los que creó un collar en 1953.
En 1960 adquirió una bonita esmeralda de 48,95 quilates que había pertenecido anteriormente al rey Alfonso XIII de España, montado con diamantes en un colgante.
El diamante «McLean» fue probablemente la estrella en la colección de los Windsor. Era una piedra en forma de almohadilla de 31,26 quilates y del mejor color. De las antiguas minas hindúes de Golconda. Había pertenecido anteriormente a Evelyn Walsh McLean, la afamada anfitriona de Washington y ávida coleccionista de joyas. Poseyó el fabuloso diamante azul conocido como «Star of the South». Tal era su amor por la joyería que en su autobiografía escribió «cuando me niego a llevar joyas, los astutos miembros de mi familia llaman al médico porque creen que estoy enferma».
La venta de las joyas de los Windsor alcanzó un precio en subasta de 31MM de dólares. El subastador, Nicholas Rayner, dijo en el momento de la venta, «Los tres factores de historia, calidad y diseño están presentes y hacen esta colección única». Es alentador e increíble que estos hechos alcanzaron tales resultados, que posibilitaron que el Instituto Pasteur llevara a cabo avances médicos vitales en la investigación del cáncer y del SIDA.
Esperamos que os hayan gustado Las Joyas de la Wallis Simpson. Y que nos contéis cuál es vuestra favorita.
IMÁGENES:
CHRISTIE’S
Bibliografía:
“Hollywood Jewels” by Penny Proddow, Debra Healy and Marion Fasel»
Como ya os hemos ido mostrando en nuestro Instagram, hemos sacado una nueva colección de joyas Art Decó. Entre ellas hay muchos pendientes, pero también sortijas y colgantes.
El Art Decó
Tenemos un post muy completo dedicado a la joyería Art Decó, donde os contamos cómo y cuándo nace este estilo. No solo en joyería sino que también en la moda, los automóviles… Además, os contamos algunas curiosidades de la época. Si quieres leerlo, te dejamos el link directo aquí.
Para ponernos un poco en contexto os contaremos un pequeño resumen.
El nombre “Art Decó” se toma de la exposición internacional de Artes Decorativas celebrada en París en 1925. La finalidad de esta exposición era la de mostrar los adelantos industriales y decorativos más importantes del momento.
El movimiento Art Decó nació y triunfó en los años 20. Su pico de popularidad se encontró entre 1920 y 1939, aunque su influencia sigue muy viva en nuestros días. Se caracterizó fundamentalmente por una tendencia estética hacia las líneas rectas: la simetría de los objetos. El objetivo principal era el de adaptar el diseño a las condiciones de producción en serie exigidas por las industrias modernas de la época.
El término hizo fortuna. Se aplicó a diversas variantes, tales como la arquitectura, el mobiliario, la joyería, la moda, la automoción y un largo etcétera.
Nuestra colección de joyas.
Toda nuestra colección de joyas Art Decó esta realizada a mano por maestros orfebres, que trabajan los materiales y las piezas como se hacía en aquella época. Con esto conseguimos que las piezas sean únicas y diferentes.
Todas ellas están realizadas en plata 925 y piedras semipreciosas como el jade verde, el ónix o las marquesitas – o marcasitas -. Y todas las perlas que utilizamos son perlas de agua dulce. La marquesita es un mineral muy frágil compuesto básicamente de sulfuro de hierro. Estas piedras son de color gris oscuroy una vez se pulen tienen ese brillo metálico que las caracteriza. Son piedras delicadas y frágiles.
Os dejamos las fotos y los links a nuestra web de una parte de la colección. Si no os queréis perder nada, os recomendamos seguirnos en Facebook o Instagram, donde os contamos siempre todas las novedades de nuestra tienda.
Es muy curiosa la historia detrás de la boda de John Lennon y Yoko Ono. La boda que celebraron finalmente no tiene nada que ver con la que ellos tenían pensado. Pero varios problemas de última hora hicieron que su boda, en lugar de tener lugar en París, fuera en Gibraltar.
John Lennon y Yoko Ono.
Creo que todos conocemos muy bien a esta famosa pareja, pero vamos a ponernos en contexto. John Lennon fue un cantante, compositor, músico y activista por la paz, que alcanzó fama mundial como fundador, co-vocalista principal y guitarrista rítmico de los Beatles.
Por otro lado, Yoko Ono, de origen japonés, es un artista, cantante, compositora y activista por la paz. Su trabajo también abarca el arte escénico, que realiza tanto en inglés como en japonés, así como la realización de películas.
La pareja se conoció en noviembre de 1966 cuando ella se preparaba para inaugurar una exhibición de arte llamada Unfinished Paintings and Objects. Que se llevó a cabo en la Indica Gallery, ubicada en el sótano de la Indica Bookshop en Londres.
¿Dónde se casó John Lenon y Yoko Ono?
John Lennon estaba casado con su primera mujer Cynthia, cuando conoció a Yoko Ono. Además, tenían un hijo en común: Julian. Pero esto no impidió que ambos tuvieran una relación. Cynthia, que sabía de la relación de su marido con otra mujer, decidió pedirle el divorcio en 1968. Es en este momento que John y Yoko empiezan a organizar su boda.
Según contó John Lennon en el documental Anthology de los Beatles, los planes iniciales de boda eran casarse en un ferry de camino a París. La pareja se trasladó a Southampton pero no pudieron subirse al barco porque Yoko Ono no era inglesa. Por lo que no tenía la visa para poder cruzar. Les comunicaron además, que no podrían casarse en ese ferry puesto que el capitán no lo permitía.
Es entonces que la pareja, tras intentar casarse en Alemania y París sin éxito -por temas de visados- decide hacerlo en Gibraltar. Según explicó Lennon eligió Gibraltar porque es tranquilo y amistoso. Además, allí no tendrían ningún problema para casarse puesto que él era británico.
Boda de John Lennon y Yoko Ono
20 de marzo de 1969.
Este fue el día que la pareja eligió para contraer matrimonio. La ceremonia fue en el consulado de Gibraltar, a primera hora de la mañana. Fue una ceremonia corta, que apenas duró 10 minutos.
Ambos iban vestidos de blanco y con gafas de sol. John las llevaba redondas, Yoko lució unas gafas grandes que ocupaban casi todo su rostro. También lució un sombrero blanco de ala ancha, un vestido corto con calzas hasta las rodillas y unas zapatillas Superga. Un look de novia totalmente desenfadado y moderno.
No llevaban ni 3 días en Gibraltar cuando la pareja se montó en su jet privado y volaron juntos de nuevo a París, donde se alojaron en el hotel Plaza Athénée.
La luna de miel de John Lennon y Yoko Ono
Como ya hemos mencionado antes, Lennon y Ono eran activistas por la paz. Así que decidieron que si iban a hacer algo tan importante como casarse, lo dedicarían a la paz. Es por esto, que la pareja organizó un estridente “Bed-In” (algo así como quedarse en la cama) dedicado a la paz. Fue durante la semana del 25 al 31 de marzo en el Hotel Amsterdam Hilton. Estuvieron rodeados por la prensa y varias personas que se unieron.
La pareja estuvo casada hasta el día en el que John Lennon fue trágicamente asesinado.
Juliette Récamier nació en diciembre de 1777 en Lyon, Francia. Fue la única hija del matrimonio entre Jean Bernard, notario y consejero del rey, y Julie Matton. Julie, cariñosamente llamada Juliette, es aún hoy conocida por ser un icono de la moda y del neoclasicismo.
Retrato de Juliette Récamier por François Gérard
Juliette Récamier y su controvertido matrimonio.
En 1793, a la edad de 15 años, Juliette contrajo matrimonio con Jacques-Rose Récamier. Jacques era un reputado banquero casi treinta años mayor que Juliette. El matrimonio alquiló el Castillo de Clichy y los parques y jardines anexos. Años después, compraron un maravilloso palacete en la rue Moint Blanc, también en París.
Me ha parecido muy curioso un rumor que circuló en aquella época sobre el matrimonio entre Juliette y Jacques. Muchos biógrafos han dado este rumor como cierto, aunque realmente no está probado como tal. Y de hecho, existen historiadores que descartan esta teoría:
Se dice que Jacques -su marido- era en realidad el padre biológico de Juliette. Que se casó con ella para así, hacerla su heredera. Estamos hablando de la época del terror revolucionario, donde muy fácilmente podías acabar en la guillotina. Pero si eso le pasaba a Jacques, sería Juliette quien heredara su dinero. Además, se dice que su matrimonio nunca fue consumado.
Madame de Récamier y su salón en Paris
El salón de Juliette fue, durante muchos años, uno de los principales salones de los miembros literarios y políticos de la sociedad parisina. En estos eventos, se reunían personas de intereses afines y debatían sobre temas como la literatura, el arte o la política.
Fue en 1796 cuando se empieza a conocer a Juliette como “La Reina de Paris”. Comenzó a tener amistades importantes, como por ejemplo Madame de Staël, a cuyo padre, curiosamente es a quien ella y Jacques compraron el palacete en la rue Moint Blanc. Otras personalidades conocidas acudían a su salón de forma regular, entre ellos el General Jean Bernadotte y el General Jean Victor Moureau.
El exilio de Juliette Récamier.
En 1803, Napoleon ordenó el exilio de su gran amiga Madame de Staël. Juliette no estaba nada conforme con esa decisión y confrontó a Napoleon. Además, se negó a actuar como dama de honor de la emperatriz consorte Joséphine de Beauharnais. Para más inri, muchas de las personas que visitaban su salón eran ex monárquicos descontentos con el gobierno de Napoleón. Todas estas situaciones llevaron a Napoleon a ordenar el exilio de Juliette. Después de una corta estancia en su Lyon natal, se dirigió a Suiza, a Roma y finalmente a Nápoles.
Coincidiendo con su exilio, su marido tuvo una mala racha en los negocios que le llevó a tener unas pérdidas financieras enormes. Fue en su estancia en Suiza, visitando a su amiga Madame de Staël que conoció al príncipe Augusto de Prusia. Ambos se enamoraron, y Juliette pensó en divorciarse de Jacques para casarse con Augusto. Algo que finalmente no hizo. Julie consideró que su marido siempre la había tratado muy bien, que estaba mayor y arruinado -en parte, a consecuencia de su exilio- y decidió quedarse con él.
Retrato de Juliette Récamier por Francois Pascal Simon Gérard.
Su nuevo salón en París.
Cuando su amiga Madame de Staël enferma, Juliette va a visitarla muy a menudo. Es en una de estas visitas que ella se reencuentra con François-René de Chateaubriand, conocido por ser el fundador del Romanticismo en la literatura francesa. Ambos se enamoran y comienzan una relación en 1819. Fue cuando se instaló en Abbaye-aux-Bois que su pequeño salón volvió a convertirse en el centro literario de París.
Los ultimos años de Juliette Récamier.
Jacques-Rose murió en marzo de 1830 en París. Años antes, debido a la extrema presión de su familia, Chateaubriand se había casado con una joven aristocrática que murió en 1847. Con Juliette viuda y la esposa de Chateaubriand fallecida, Chateaubriand, que apenas podía caminar, sugirió que él y Juliette se casaran. En ese momento, Juliette se estaba quedando ciega y, aunque consideró temporalmente casarse con él, finalmente no lo hizo. Aunque durante sus últimos años Chateaubriand visitó a Juliette en Abbaye-aux-Bois con frecuencia.
En 1849, Récamier murió en París de cólera a la edad de 71 años. Fue enterrada en el Cimetière de Montmartre en Montmartre, París.
Queremos dedicar nuestro post de hoy a un gran orfebre, escultor, dibujante y artista italiano que también escribió poesía y una famosa autobiografía. Se trata de Benvenuto Cellini. Conocido por ser uno de los artistas más importantes del manierismo.
Benvenuto Cellini (3 de noviembre de 1500 – 13 de febrero de 1571) trabajó tanto en Roma como en Fontainebleau, donde trabajó para el rey frances Francis I. Se dice que primero, y más característicamente, es un orfebre; de hecho, es el orfebre más famoso que jamás haya existido. Como escultor ocupa un lugar muy inferior.
Benvenuto Cellini
Hoy queremos hablaros un poco de su vida, aunque pasaremos un poco de puntillas por ella ya que fue quizás demasiado caótica. Benvenuto, entre otras cosas, fue obligado a alejarse de Roma, tuvo problemas con la justicia por asesinar al asesino de su hermano y fue encarcelado bajo un cargo (aparentemente falso) de haber malversado las gemas de la tiara del Papa durante la guerra…
Según iba leyendo sobre la vida de Benvenuto fui descubriendo que fue un personaje con bastantes problemas con la justicia. Y que cometió bastantes ilegalidades. Pero nosotras queremos centrarnos en su etapa como orfebre. Aunque reconocemos que nos han dejado bastante sorprendidas todas sus “hazañas”. Contaros que si tenéis mucha curiosidad por conocer más detalles sobre ella podéis encontrarlas fácilmente en internet.
Es cierto que Cellini fue perdonado por todas sus ilegalidades con especial facilidad. Está claro que esto se debió al gran valor que tenía como primer orfebre de la época. Pero no podemos olvidar que vivió en la época del Renacimiento, cuando todas las leyes eran poco observadas y la vida era mucho menos valiosa.
Su infancia.
Los padres de Benvenuto, Giovanni Cellini y Maria Lisabetta Granacci, eran músico y constructora de instrumentos musicales respectivamente. Por ello, no es de extrañar que desde bien pequeño sus padres le empujaran hacia este maravilloso arte. No fue hasta que cumplió los 15 años que su padre aceptó, aunque de mala gana, que su hijo se convirtiera en aprendiz de orfebre. A su corta edad, Benvenuto comienza como aprendiz de Antonio di Sandro, apodado y conocido como Marcone.
Los trabajos de Benvenuto Cellini en Roma.
Sus primeras obras en Roma fueron un cofre de plata, candelabros de plata y un jarrón para el obispo de Salamanca, que le valió la aprobación del Papa Clemente VII.
Otra obra célebre de su etapa en Roma es el medallón de oro de «Leda y el cisne». Esta pieza la realizó para el Gonfaloniere Gabbriello Cesarino. Y, de hecho, ahora se encuentra en el Museo Nazionale del Bargello en Florencia, por si queréis ir a visitarla.
Medallón de oro «Leda y el Cisne» de Benvenuto Cellini
Cellini en Francia.
Mientras vivía en Francia, Benvenuto trabajó en la corte de Francisco I en Fontainebleau y París.
Uno de los principales proyectos de su período francés es probablemente el Golden Gate para el Château de Fontainebleau. Sólo existe el tímpano de bronce de esta obra inacabada, que representa a la Ninfa de Fontainebleau. Esta puede encontrarse en el museo Louvre de París. Pero el aspecto completo se puede conocer a través de archivos, dibujos preparatorios y moldes reducidos.
Sus años en Florencia.
En Florencia retomó sus habilidades como orfebre y fue recibido calurosamente por el duque Cosme I de Medici. Este lo elevó al puesto de escultor de la corte y le regaló una elegante casa en Via del Rosario. Fue en esta casa donde Cellini construyó su fundición. También fue nombrado miembro numerario de la prestigiosa Accademia delle Arti del Disegno de Florencia. Fundada por el duque Cosimo I de Medici, el 13 de enero de 1563, bajo la influencia del arquitecto Giorgio Vasari.
Además, Cosimo le encargó la realización de dos importantes esculturas de bronce: un busto de sí mismo y otro de Perseo con la cabeza de Medusa (que debía colocarse en la logia Lanzi en el centro de la ciudad).
Busto de Cosimo I de Medici
Sus obras de joyería.
Como habíamos mencionado al principio del post, Benvenuto Cellini es considerado uno de los más famosos -sino el más- orfebres de todos los tiempos. Y es curioso saber que, ninguna de sus piezas de joyería han sobrevivido al paso del tiempo. Lo único que se conserva es un botón de oro (una especie de broche para poner en la capa) que hizo para el Papa Clemente en 1530-31. Este broche se registró en acuarelas antes de que se sacrificaran a finales del siglo XVIII.
Retrato de la medalla de Cellini de Clemente VII y morse
En su biografía, se describe perfectamente el final de sus obras de joyería. Parece que sus innumerables e invaluables piezas de orfebrería fueron sacrificadas por el Papa Pio VI para poder pagar los 30 millones de francos que Napoleon I exigia al final de la campaña contra los Estados Pontificios en 1797.
Cellini murió en Florencia el 13 de febrero de 1571 y fue enterrado en la iglesia de la Santissima Annunziata.
Me pareció muy curioso descubrir que realizó un trabajo en Madrid. Benvenuto esculpió su Cristo para el Escorial en un solo bloque de mármol (1556-1557).
La historia del Cristo del Escorial.
Este Cristo tiene una historia curiosa, os la voy a resumir, pero tenéis la historia completa aquí. Resulta que Benvenuto estaba tallando esta pieza en Florencia. La estaba esculpiendo para ponerla en su propia tumba. En una visita que hicieron Cosme I de Medici y su esposa Eleonora de Toledo, este quedó prendado de la escultura y quiso adquirirla. Benvenuto aceptó bajo una serie de requisitos, aunque estos finalmente no se cumplieron. Y la estatua quedó en El Escorial.
Catharine Harding (1900-90) era hija de Horace J. y Dorothea Barney Harding. Horace Harding era banquero, presidente de la junta de American Express Company y fideicomisario del Frick Art Collection. Los Harding eran una familia adinerada de Nueva York. En 1908, Harding compró la casa adosada de la Sra. Charlotte M. Tytus en el número 10 de East 77th Street en Manhattan. Más tarde se mudó con su familia al 955 de la Quinta Avenida.
En un baile organizado por el Hotel Ritz-Carlton, los Harding presentaron en sociedad a Catharine, su hija mayor. En este baile Catharine Harding conoció a Lorillard Suffern Tailer, quien se convertiría en su futuro marido.
Lorillard Suffern Tailer era hijo de T. Suffern Tailer, un banquero y líder social que era dueño de casas en la ciudad de Nueva York y Newport, Rhode Island. Incluso, las páginas de sociedad del New York Times informaron sobre la despedida de soltero del novio dos días antes de la boda. Los invitados incluyeron hijos de millonarios de Nueva York.
El vestido de novia
Catharine Harding y Lorillard Suffern Tailer (1897-1979) se casaron a las cuatro de la tarde del 6 de abril de 1921 en la Iglesia de San Bartolomé en Park Avenue, en el centro de Manhattan. La novia lució un elegante pero sencillo vestido. Realizado en red de seda sobre satén con adornos de perlas, que originalmente tenía una cola de raso cubierta con un largo encaje de punto de reliquia.
Imagen: Wedding Perfection. Cynthia Amneus
Dada su riqueza. actitud social, naturaleza independiente y asociación con los escritores más vanguardistas de la época, no es de extrañar que Harding llevará un vestido de novia muy chic. Su vestido, sin embargo, es más que elegante; está adelantado a su tiempo. Los diseños de vestidos variaron ampliamente en la década de 1920, pero era más probable que el diseño sobrio de este vestido se viera más adelante en la década. Aunque el vestido no conserva ninguna etiqueta o firma, sus detalles de elaboración y un vestido de noche en la colección del Museo de Arte de Cincinnati usado por Catharine Harding indican que, probablemente, fue hecho en Francia.
Desafortunadamente, el matrimonio Harding-Tailer fue infeliz. Las listas de pasajeros demuestran que Catharine viajaba con frecuencia a Europa. Tanto con su marido, como sin él. La historia familiar sostiene que mantuvo apartamentos en París y Dublín y se asoció con F. Scott Fitzgerald y otros escritores expatriados en Europa. En 1934, Catharine se divorció de Lorillard, alegando «crueldad extrema».
Vintage by Lopez-Linares.
Si nos fijamos en el vestido de Catherin es indudable que es extremadamente moderno para la época. El vestido es absolutamente precioso y elaborado. A mi, personalmente, me encanta. ¿A vosotros qué os parece el vestido que lució en su boda?
Los años 50 fueron los años de gloria para Maria Anna Sophie Cecilia Kalogeropoulos, mundialmente conocida como Maria Callas. Maria nació en Nueva York, en 1923. Hija de una pareja de inmigrantes griegos que decidieron cambiar su complicado apellido por “Kalos”, para finalmente volverlo a cambiar a “Callas”.
La infancia de Maria Callas.
Maria fue la última hija del matrimonio entre Litsa y George. Su madre, cuando Maria tenía tan solo 3 años, se dio cuenta de la maravillosa voz que tenía su hija y comenzó a obligarla a cantar constantemente, presionándola sin parar. Algo con lo que George, su padre, no estaba de acuerdo.
Maria Callas llego a confesar que «I was made to sing when I was only five, and I hated it”. Es decir, que se la obligó a cantar desde los 5 años y que ella lo odiaba.
Las joyas de Maria Callas
Hoy queremos centrarnos en la maravillosa colección de joyas de Maria. Callas atesoró a lo largo de su vida un gran número de éxitos profesionales. Y también un gran número de joyas. En cada estreno su marido – el rico Giovanii Battista Meneghini – solía regalarle una pieza de joyería. Todas las piezas contaban con rubíes, diamantes y esmeraldas, sus piedras preciosas favoritas, casi siempre de la Casa Van Cleef & Arpels.
El repertorio artístico de María Callas se puede seguir a través de su rico y brillante joyero: Un collar y una pulsera de diamantes y rubíes en rojo y blanco del estreno de “ Medea”. Unas espectaculares diademas lucidas en “Norma”. Un enorme anillo de esmeraldas para “La Traviata”. Un broche con forma de flor realizado en diamantes y rubíes…
Joyería de María Callas
Para su debut en Verona (Italia) en 1947 con” la Gioconda”, lució una pequeña corona de oro. El éxito fue grandioso y María estaba convencida de que gran parte de su suerte se debía a esa preciosa corona. No paró hasta saber quién era el autor de aquella maravilla. El autor era el joyero milanés Ennio Mrino Marangoni, que a partir de ese momento, quedó estrechamente ligado a la Diva.
American opera singer Maria 'Callas' Kalogheropoulos liyng on a air mattress
on Venice Lido beach, wearing a floral swimsuit and dangling earrings,
reading a newspaper, Venice, 1950 (Photo by Archivio Cameraphoto Epoche
/Getty Images)
Desde entonces, Maria subiría a los escenarios llevando exclusivamente las joyas de Marangoni, su joyero “de la suerte”. Más de 600 alhajas diseñó para ella. María dependía tanto en sus actuaciones de esas joyas que, personalmente, solía intervenir y formar parte en el diseño y en la creación de las mismas.
Onassis y sus últimos años.
Cuando apareció el naviero Onassis en su vida, María rompió su matrimonio con Meneghini. Ella jamás le devolvió ninguna de sus joyas y él pasó el resto de su vida retirado en una villa de Verona.
María Callas, a partir de entonces, centró su vida en Onassis, abandonando sus éxitos y carrera. Pero la tempestuosa relación entre Callas y el magnate griego no duró mucho. En 1968 Onassis contrajo matrimonio con Jackeline Kennedy.
Ella se retiró a París; y con la voz bastante deteriorada hizo su última aparición pública en Japón. Después decidió regresar a la capital de Francia donde murió en 1977 a los 53 años de edad. Tras su fallecimiento, y al no tener descendencia, sus joyas pasaron a manos de un íntimo amigo suyo.
Hace poco se subastaron las joyas de la diva. De todas las piezas, la más deslumbrante fue un anillo con un gran diamante en forma de marquesa de casi 12 quilates, regalo de su marido. Este anillo fue subastado por 1.4 millones de euros.
Anillo de María Callas
María Callas fue una mujer con una belleza super exótica, con una elegancia innata que deslumbró en los más grandes teatros de todo el mundo. Su voz era absolutamente extraordinaria y bellísima, para algunos, entre los que me incluyo, nunca ha sido superada.
Me encantaría saber si opinas lo mismo que yo sobre su voz.
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