
Esta tiara fue realizada en platino y diamantes por la casa Fabergé hacia 1903.
Su motivo principal son unas pequeñas florecillas de cuatro pétalos llamadas familiarmente “No me olvides”, flor que en el lenguaje coloquial significa amor eterno y fidelidad.
Cuenta la leyenda, que en la Edad Media un caballero alemán y su amada paseaban por la orilla de un río. El caballero tomó un ramillete de la citada flor, pero perdió el equilibrio y cayó al río. Al serle imposible salir debido al peso de la armadura, y como se estaba ahogando, tiró el ramo a su amada al grito de: “Forget-me-not”.
Las florecillas están casi milagrosamente flotando en el aire, solo sujetas por un finísimo hilo de platino que hacen de ella una pieza con un calado sublime.
El otro motivo que decora la tiara son las hojitas de laurel , que en el lenguaje del amor significa el “Triunfo del amor eterno”.
La joya fue realizada en el taller de August Holmstöm.
August Holmstöm (1829-1903) nació en Helsinki, pero al poco tiempo se trasladó a San Petersburgo, donde comenzó a trabajar de aprendiz en los talleres de Fabergé. Su maestría y habilidad le permitieron abrir su propio taller y comenzar a trabajar independientemente. Fue uno de los numerosos talleres que utilizó Fabergé para realizar sus famosas joyas. La empresa prefirió distribuir el trabajo entre talleres independientes, en lugar de realizar ellos todos los pedidos.
Heredó el taller su hijo Albert (1879-1925), utilizando ambos para marcar sus joyas sus mismas iniciales <AH>. Siendo por ello que no sepamos a ciencia cierta si la pieza salió de las manos de August o de Albert, al no conocer la fecha exacta de su realización.
La tiara se encuentra en estos momentos en una colección privada de joyas.
María López Linares
María López-Linares, especialista en joyería y antigüedades. Responsable y joyera desde 1993 de "Vintage by López-Linares", donde diseña y fabrica joyas inspiradas en piezas históricas y vintage. Su pasión por las antigüedades nació en su infancia, acompañando a su padre en la búsqueda de tesoros en el Rastro de Madrid. A lo largo de los años, María ha conseguido transformar y adaptar el pequeño negocio familiar hasta convertirlo en una joyería de éxito.
Además de su amor por la joyería, le apasionan la fotografía y el cine, dos artes que influyen en su manera de captar la belleza y la historia en cada una de sus creaciones.
Una auténtica preciosidad !!!!
vaya que historia más bonita, me gustaría si la tiara grace también tiene una historia parecida.
gracias.