La Maison Bapst

Así se llamaba una importante generación de joyeros parisinos, que durante dos siglos atendieron las demandas de la corte y de la alta sociedad francesa.

Esta familia de joyeros era de origen alemán, procedentes de un precioso pueblo del sur de Alemania llamado Hall. De allí, en 1743, salió rumbo a Paris George Michel Bapst para trabajar de joyero junto a su tío Georges Frederic Strass, que le cedió parte del negocio. Poco a poco Georges Michel fue ganándose una buena clientela. Se casó, y su hijo George Frederick Bapst continuó con el negocio, llegando a ser nombrado joyero–orfebre oficial del rey de Francia Luis XVI. Uno de los primeros encargos que le encomendó fue la ejecución de una espada adornada con piedras preciosas, diseñada por un famoso joyero parisino.

BRAZALETE 1887

A partir de entonces los Bapst continuaron siendo joyeros de la Corte durante el Segundo Imperio, 1852 al 1870. Restauraron joyas de Napoleón para Luis XVIII, diseñaron y realizaron joyas para la coronación de Carlos X. Pero, sin duda, los encargos más numerosos fueron los de la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III. La emperatriz sentía predilección por las sutiles creaciones de Alfred Bapst, sobre todo le encantaban los diseños de follaje y ramas, encargándole numerosos broches, tiaras, prendedores de pelo y aderezos.

El hijo de Alfred, German Bapst, se asoció en 1853 con el joyero francés Lucien Falize. Los dos nuevos socios tuvieron un gran éxito y gozaron de gran prosperidad, hasta que en 1892 se disolvió la asociación. La Maison Bapst cerró sus puertas, desapareciendo del mundo de la joyería francesa esta importante dinastía de joyeros.

 

María López Linares Joyera
María López Linares

María López-Linares, especialista en joyería y antigüedades. Responsable y joyera desde 1993 de "Vintage by López-Linares", donde diseña y fabrica joyas inspiradas en piezas históricas y vintage. Su pasión por las antigüedades nació en su infancia, acompañando a su padre en la búsqueda de tesoros en el Rastro de Madrid. A lo largo de los años, María ha conseguido transformar y adaptar el pequeño negocio familiar hasta convertirlo en una joyería de éxito.

Además de su amor por la joyería, le apasionan la fotografía y el cine, dos artes que influyen en su manera de captar la belleza y la historia en cada una de sus creaciones.

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