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Camafeo: Arte, Historia y Pasión a Través del Tiempo

¿Sabías que Julio César tenía una soberbia colección de camafeo y que Enrique VIII creó su propia escuela-taller para realizarlos?

Además, la concha Cassis tuberosa es el material que más se ha utilizado para su elaboración y llegó a Europa gracias al descubrimiento de América. ¡Bienvenidos a un viaje por la historia de esta maravillosa técnica! Hoy os queremos contar todo sobre el camafeo. Si quereis acompañar esta narración con imágenes de piezas icónicas que han marcado época, te dejo el link a nuestro video de Instragram.

¿Qué es un camafeo?

Según el diccionario, un camafeo es simplemente “el relieve obtenido al tallar una piedra preciosa”. Estos pueden estar realizados en materiales como ónix, ópalo, ágata, concha, rubí, esmeralda y más. Su fabricación requiere de lapidarios expertos que, basándose en diseños previos, tallan capas del material base para crear el característico relieve.

Sin embargo, un camafeo es mucho más que eso: es una pieza con historia, arte y tradición, cuyo origen se remonta a los antiguos griegos, quienes heredaron la técnica de los persas durante las campañas de Alejandro Magno.

De Grecia a Roma: el auge de los camafeos

Los romanos adoptaron la técnica griega y llevaron los camafeos a su apogeo. Los nobles y emperadores romanos los usaban como insignias en sus vestimentas y joyas. Era común que se realizaran en piedras preciosas como esmeraldas y rubíes de pequeño tamaño. ¿Os imagináis a Octavio Augusto luciendo un camafeo de ágata con su toga imperial?

En Roma, la colección de camafeos se convirtió en un arte en sí mismo. Los ciudadanos adinerados llenaban vitrinas con estas piezas para el placer de contemplarlas, e incluso las ofrecían como ofrendas en templos. El mismo Julio César coleccionó seis vitrinas con gemas y camafeos para el templo de Venus.

El Renacimiento italiano y los camafeos

Con la caída del Imperio Romano, los camafeos perdieron popularidad hasta que el Renacimiento italiano rescató esta tradición. Grandes coleccionistas como Lorenzo de Médici impulsaron su producción, llevando la técnica a las cortes de Europa. Francisco I de Francia y Enrique VIII de Inglaterra también mostraron gran interés por estas joyas. Enrique VIII incluso creó una escuela-taller para formar artesanos en este arte.

Durante esta época, se reutilizaron camafeos romanos, desmontándolos de sus sencillas bases de oro y adaptándolos a las modas del momento. Se montaban en broches decorados con piedras preciosas y se utilizaban para adornar capas, sombreros o vestidos.

La llegada de la concha Cassis tuberosa

Con el descubrimiento de América, nuevos materiales enriquecieron la fabricación de camafeos. El más significativo fue la concha Cassis tuberosa, cuya estructura de capas de diferentes tonalidades permitía relieves más detallados y contrastados. Italia se consolidó como el epicentro de este arte, atrayendo a artesanos de toda Europa para aprender la técnica.

La época napoleónica

Napoleón Bonaparte quedó fascinado por los camafeos y los puso de moda en Francia. Los temas neoclásicos, como motivos mitológicos y retratos de figuras históricas, predominaban en esta época. Un ejemplo icónico es la tiara de Josefina Bonaparte, decorada con camafeos y perlas, que hoy pertenece a la casa real de Suecia. Esta joya ha sido lucida por reinas y princesas como Silvia y Victoria de Suecia, quienes la han llevado con elegante sencillez.

La popularización del camafeo

En el siglo XIX, la concha Cassis tuberosa hizo que los camafeos fueran más accesibles. La Reina Victoria de Inglaterra los popularizó durante la época victoriana, y surgieron talleres especializados en Italia, Francia e Inglaterra. Aunque materiales como el ónix, coral y ágata también se utilizaban, la concha seguía siendo la opción más común.

En el siglo XX, se introdujeron camafeos de pasta, cristal y materiales más económicos. Actualmente, aún se encuentran piezas originales y modernas realizadas con la famosa concha, además de versiones en ágata y cristal decoradas con plata o latón.

Camafeos: una pasión sin término medio

Siempre digo que los camafeos o entusiasman o no gustan en absoluto. Yo pertenezco al grupo de los apasionados por ellos. Por eso, hemos creado un nuevo canal de difusión en Instagram, donde compartiré videos cortos sobre historias como esta. Si os interesa, podréis seguirnos y estar al tanto de todas nuestras novedades.

Gracias de corazón por vuestro apoyo. Espero que os haya encantado esta pequeña inmersión en la historia de los camafeos. Te dejamos el link a nuestra web donde podrás ver toda nuestra colección de joyas con camafeo.

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Botticelli y su Venus: ¿Fue Simonetta Vespucci la Musa Inmortal?

Hoy vamos a sumergirnos en una de las obras más icónicas del Renacimiento: Venus y Marte de Sandro Botticelli. Este cuadro no solo es famoso por su increíble belleza y sus protagonistas, sino también por los detalles fascinantes que se esconden en él. Incluida una misteriosa joya que luce en su escote y que hemos querido reproducir. Pero antes de adentrarnos en la obra, hagamos un pequeño viaje en el tiempo para conocer al maestro detrás del pincel.

Sandro Botticelli: Un genio del Renacimiento

Sandro Botticelli, cuyo nombre real era Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, nació en 1445 en Florencia, Italia, una ciudad que en esa época era el epicentro del arte y la cultura del Renacimiento. Florencia fue el lugar donde Botticelli desarrolló su talento bajo la tutela de maestros como Filippo Lippi, un reconocido pintor de la época. Botticelli destacó rápidamente por su habilidad para crear obras con un toque poético, combinando la belleza clásica con una sensibilidad única. Su obra se caracteriza por la belleza idealizada, el uso delicado del color y una habilidad única para capturar la gracia y la elegancia en cada pincelada.

«Venus y Marte»: una obra llena de simbolismo

«Venus y Marte» es una pintura que Botticelli completó alrededor de 1483 y actualmente se encuentra en la National Gallery de Londres. La obra representa a Venus, la diosa del amor, y a Marte, el dios de la guerra, en un momento de tranquilidad después de lo que se sugiere como una batalla amorosa. Marte está profundamente dormido, mientras que Venus lo observa con una mezcla de serenidad y satisfacción. Alrededor de ellos, pequeños sátiros juegan con la armadura de Marte, simbolizando la derrota del conflicto ante el poder del amor.

Se cree que pudo ser un regalo de boda encargado por la familia de los Médici. Pero también hay un detalle a tener en cuenta en la parte alta de la obra, donde encontramos dibujadas varias avispas, símbolo de la familia Vespucci. No he podido confirmar quién encargó la citada obra a Boticelli. Por su tamaño y forma, esta obra mide 173×69, parece que pudiera haber sido pintado como una “spalliera” o cabecero para una cama. Y muy probablemente para celebrar algún enlace matrimonial.

Venus: la protagonista y su joya

La protagonista indiscutible del cuadro es Venus, quien encarna la belleza y la sensualidad. Botticelli la pinta con una delicadeza exquisita, enfatizando su serenidad y la armonía que emana. Uno de los detalles más fascinantes es la joya que adorna su escote: un broche de perlas y una piedra preciosa central, probablemente un rubí, lo que en ese entonces era símbolo de amor y pasión.

Esta joya no es un mero adorno; tiene un profundo simbolismo. En la época de Botticelli, las perlas estaban asociadas con la pureza y la perfección, cualidades que se atribuían a Venus. El rubí, por su parte, representaba el fuego del amor, un tema central en la relación entre Venus y Marte. Es interesante notar cómo Botticelli usa la joyería para resaltar las características divinas de Venus, haciendo que su belleza trascienda lo terrenal.

Historia de la Venus de Boticelli y su broche - Venus y Marte - Joyas Historicas en Vintage By Lopez-Linares

Curiosidades sobre la joya de Venus

La joya en el escote de Venus podría ser una referencia a la moda renacentista, donde las perlas y las piedras preciosas eran elementos esenciales en la alta sociedad. Durante el Renacimiento, las joyas no solo servían para embellecer, sino también para comunicar el estatus social y los valores personales. Las mujeres de la nobleza solían lucir collares elaborados que no solo decoraban, sino que también tenían significados profundos, como la protección divina y la conexión con el amor eterno.

Además, en el arte renacentista, las joyas se pintaban con gran atención al detalle, mostrando el valor que se les atribuía. En «Venus y Marte», Botticelli refleja esta importancia. Asegurándose de que el broche de Venus no pase desapercibido, sino que se convierta en un punto focal que atrae la mirada y revela más sobre la personalidad y el simbolismo de la diosa.

¿Fue Simonetta Vespucci la musa de Botticelli?

Simonetta Vespucci, una noble italiana de gran belleza, es ampliamente considerada como una de las musas de Botticelli. Nacida en 1453, Simonetta era conocida por su extraordinaria belleza y elegancia. Se casó con Marco Vespucci, un miembro de una influyente familia florentina, y pronto se convirtió en una figura central en la alta sociedad de Florencia.

Hay muchas teorías que sugieren que Botticelli utilizó a Simonetta como modelo para sus representaciones de Venus, no solo en «Venus y Marte», sino también en otras obras icónicas como «El nacimiento de Venus». Sin embargo, no hay evidencia concluyente que confirme esta suposición, lo que deja espacio para la especulación.

La conexión entre Botticelli y Simonetta se ha convertido en parte del mito artístico. Se dice que Botticelli estaba profundamente enamorado de Simonetta, aunque este amor probablemente no fue correspondido. Simonetta murió joven, a los 22 años, en 1476, y Botticelli, según se cuenta, pidió ser enterrado a su lado en la iglesia de Ognissanti en Florencia, un deseo que se cumplió cuando falleció en 1510.

La influencia de Simonetta en la obra de Botticelli

Incluso si Simonetta no fue la modelo real para Venus, su imagen y su belleza parecen haber influido profundamente en Botticelli. La representación idealizada de Venus en sus pinturas refleja las características que se atribuían a Simonetta: una belleza delicada y etérea, con un aura de perfección casi divina.

El mito de Simonetta como musa de Botticelli añade una capa de romanticismo a la interpretación de estas obras. La idea de que una mujer real, conocida por su belleza y gracia, pudiera haber inspirado a Venus, la diosa del amor, le da a las pinturas de Botticelli una conexión más íntima y personal con la realidad de su tiempo.

Si bien no se puede afirmar con certeza que Simonetta Vespucci fue la modelo específica para la Venus de Botticelli, la leyenda persiste y añade un encanto adicional a la interpretación de estas obras. Simonetta, como figura histórica y como musa, sigue fascinando. Y su posible conexión con la Venus de Botticelli nos recuerda cómo el arte puede trascender lo terrenal para capturar una belleza idealizada y eterna.

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Curiosidades sobre las joyas en el Renacimiento

Durante el Renacimiento, las joyas eran una forma importante de expresar poder y riqueza. Los artesanos de la época ponían un cuidado meticuloso en la creación de estas piezas, utilizando materiales como el oro, las perlas y las piedras preciosas. Cada joya tenía un significado simbólico: las perlas, por ejemplo, estaban asociadas con la pureza y la feminidad. Esto las hace especialmente apropiadas para adornar a una figura como Venus. La joya en el escote de Venus podría haber sido interpretada como un símbolo de su pureza divina y su inmaculada belleza.

Nosotras, en Vintage by López-Linares, hemos querido reproducir el maravilloso broche de Venus, y hemos hecho unos pendientes a juego. Te dejamos el link a nuestra web por si quieres ver mejor la colección. Esperamos que te guste muchísimo nuestra reproducción. 

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Magdalena Strozzi: La Historia detrás del Retrato Renacentista

fotos de joyeria renacimiento

Hoy quiero hablaros sobre una figura fascinante del Renacimiento italiano, Magdalena Strozzi. Su vida, aunque menos conocida que la de otros personajes de su época, está llena de detalles interesantes que nos transportan a un tiempo de grandes cambios culturales y artísticos. Además, su retrato más famoso guarda una sorpresa que conecta con una de las obras más emblemáticas de la historia del arte: la Mona Lisa. Y nosotras hemos querido reproducir las joyas que luce en el cuadro, os dejamos el link a ellas al final del post. 

¿Quién fue Magdalena Strozzi?

Magdalena Strozzi nació en el seno de una de las familias más prominentes de Florencia. Los Strozzi eran una poderosa familia de banqueros y políticos, conocidos por su influencia y riqueza. Aunque no se conocen muchos detalles específicos sobre su infancia, sabemos que Magdalena creció rodeada de la élite cultural y social de la época, lo que sin duda moldeó su educación y perspectiva del mundo.

Familia Strozzi: Matrimonio y vida personal

Magdalena Strozzi se casó con Agnolo Doni, un destacado comerciante y mecenas del arte en Florencia. Doni era conocido por su amor al arte y su colección de obras maestras, que incluía trabajos de algunos de los artistas más renombrados de su tiempo, como Miguel Ángel y Rafael. Este matrimonio no solo unió a dos familias poderosas, sino que también permitió a Magdalena vivir en el centro de un círculo cultural y artístico muy influyente.

El retrato de Magdalena Strozzi

El retrato más famoso de Magdalena Strozzi fue pintado por el renombrado artista Rafael Sanzio, uno de los grandes maestros del Renacimiento. Rafael, conocido por su habilidad para capturar la gracia y la humanidad de sus sujetos, creó un retrato de Magdalena que es tanto bello como evocador.

Este cuadro, que se encuentra hoy en La Galería de los Uffizi, en Florencia, ha generado mucho interés no solo por la belleza de su ejecución, sino también por las curiosas similitudes que guarda con la Mona Lisa de Leonardo da Vinci. Ambos retratos presentan a sus sujetos en poses similares, con un ligero giro del torso y una expresión serena. Esta similitud ha llevado a algunos expertos a especular sobre la influencia que pudo haber tenido el retrato de Magdalena en la obra más famosa de Leonardo.

magdalena strozzi

La joya renacentista que luce Magdalena Strozzi

Un detalle particularmente interesante del retrato de Magdalena Strozzi es la joya que luce en su cuello. Esta joya no es solo un adorno, sino que tiene un simbolismo profundo. La joya es una esmeralda engarzada en un intrincado diseño de oro y perlas, reflejando no solo la riqueza y estatus de la familia Strozzi. Sino también las tendencias de la moda de la época. Las esmeraldas eran altamente valoradas en el Renacimiento, asociadas con la pureza, la protección y el poder.

La conexión con la Mona Lisa

Las similitudes entre el retrato de Magdalena Strozzi y la Mona Lisa van más allá de la pose. Ambos cuadros comparten un enfoque en la psicología del retratado, buscando capturar no solo la apariencia física, sino también la esencia y el carácter del sujeto. Este enfoque innovador fue una de las grandes contribuciones del Renacimiento al arte del retrato, y tanto Rafael como Leonardo fueron pioneros en esta técnica.

La gran diferencia con la obra de Da Vinci es que Magdalena aparece ataviada con sus mejores joyas. Un precioso colgante con una enorme perla irregular y tres piedras de diferentes tonalidades, cada una indicando algo muy especial. La esmeralda recuerda la castidad de Magdalena. El rubí la intensidad de su persona. El zafiro la pureza. Y la perla la fidelidad.  Esta es la pieza que se clavó en mi retina y que busqué por varios talleres florentinos, hasta dar con un artesano que la realizara lo más exacta posible. Y, justamente, eso es lo que hoy os traigo hasta aquí: ese sencillo colgante que tiene tanta historia detrás y que tantas cosas nos transmite con su diseño y sus colores.

Magdalena también porta un sencillo collar, que parece de cuentas de azabache, y que nos recuerda al que luciera «La Dama del Armiño».

El trabajo quedó en poder de los descendientes de la familia Donia, hasta que en 1826 fueron comprados por el Gran Duque de Toscana, Leopoldo II de Lorena, y así llegaron a formar parte de las colecciones del Palacio Pitti.

fotos de joyeria renacimiento

Un legado duradero

Aunque Magdalena Strozzi no es tan conocida como algunas de sus contemporáneas. Su retrato nos ofrece una ventana invaluable a la vida y la cultura del Renacimiento. Nos recuerda la importancia de la familia, la influencia social y el poder de la imagen en una época en la que el arte y la sociedad estaban estrechamente entrelazados.

En resumen, Magdalena Strozzi fue una mujer que vivió en una época de grandes cambios y que, a través de su retrato, sigue contándonos su historia siglos después. Su vida y su imagen nos invitan a explorar más profundamente el rico tapiz del Renacimiento italiano. Así como a apreciar las complejas conexiones entre el arte, la historia y la sociedad.

Esperamos que os haya gustado la historia de Magdalena Strozzi. Os dejamos el link a nuestra web donde podéis ver nuestra reproducción del colgante y los anillos

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El collar de Ana Bolena: elegancia en medio de la Tragedia Tudor

Collar de Ana Bolena

Hoy queremos hacer un pequeño recorrido por la vida de una de las figuras más intrigantes de la corte Tudor y el misterioso resplandor de su icónico collar de perlas. Vamos a sumergirnos en los pasillos del pasado y descubrir la historia detrás de este símbolo de elegancia en medio de la tragedia. 

Como ya sabéis, hacemos collares de perla a medida. Podéis elegir el tipo de perla, el tamaño, el número de vueltas, el cierre, el broche…, es decir, os hacemos el collar de perlas perfecto para cada una de vosotras. Y os están gustando tanto que hoy queremos dedicar el post a uno de los collares de perlas más famosos de la historia.

Ana Bolena: más que una Reina, una mujer de intriga

Nacida en Inglaterra, posiblemente en Blickling Hall, (Norfolk) aunque algunos historiadores aún debaten el lugar exacto de su nacimiento, alrededor del año 1501, Ana Bolena emergió como una figura magnética y astuta desde temprana edad. Su inteligencia y gracia la llevaron a la corte, donde rápidamente capturó el corazón del rey Enrique VIII. Ana, una mujer de ideas adelantadas a su tiempo, se convirtió en la segunda esposa de Enrique, marcando el comienzo de una era llena de amor, intriga y tragedia.

La Vida de Ana Bolena como Reina: Breve, pero impactante

La historia de Ana Bolena como reina consorte fue fugaz pero impactante. Su matrimonio con Enrique VIII, el 25 de enero de 1533, la convirtió en la reina consorte de Inglaterra y llevó a la separación de la Iglesia de Inglaterra y a la creación de la Iglesia Anglicana. Esto dejó huellas imborrables en la historia. El Acta de Supremacía de 1534 estableció al monarca como el líder supremo de la Iglesia en Inglaterra, rompiendo con la autoridad papal.

Sin embargo, su reinado también estuvo marcado por la lucha por el poder y la presión para darle un heredero al trono. La presión para dar a luz a un heredero masculino llevó a tensiones en la relación con Enrique y contribuyó a su caída. Fue arrestada en 1536 bajo acusaciones de adulterio, incesto y alta traición, y posteriormente fue condenada a muerte.

Ana Bolena collar
Copia de un retrato original extraviado. Se exhibe en la National Portrait Gallery.

El Collar de Ana Bolena original

En el corazón de este relato se encuentra el exquisito collar de perlas de Ana Bolena. ¿Cómo se convirtió en el símbolo de la elegancia en medio de la tragedia? Las perlas, más que solo gemas, eran un mensaje de la posición de Ana en la corte Tudor. La elección de joyas de Ana Bolena como las perlas no solo era una cuestión de moda, sino también una declaración de su nobleza y pureza.

Las perlas, con su brillo suave y significados simbólicos, eran más que adornos para Ana. Representaban la pureza y la nobleza, características que ella deseaba destacar en medio de una corte marcada por la intriga y las luchas de poder. Cada perla era un testimonio de su posición y virtud, un mensaje codificado en la elegancia que vestía. Fue conocida por su aguda sensibilidad de la moda, y su reinado vio una influencia renovada de la moda francesa en la corte Tudor.

El collar de perlas de Ana Bolena en la ejecución

A medida que Ana Bolena enfrentaba su trágica ejecución en 1536, el collar de perlas seguía siendo un símbolo de su fortaleza. Aunque su destino era oscuro, la elegancia de las perlas persistía como un recordatorio de la dignidad y valentía de Ana en sus últimos momentos. 

Tras la ejecución de Ana Bolena, se dice que sus joyas fueron confiscadas y redistribuidas. El destino específico del collar de perlas después de su muerte es incierto. Sin embargo, el simbolismo de las perlas y su conexión con Ana Bolena persisten en la memoria histórica, convirtiendo al collar en un ícono de elegancia y tragedia.

Aunque los detalles específicos sobre el aspecto y el destino del collar de perlas de Ana Bolena pueden no estar completamente documentados, su historia destaca el poder de las joyas para contar relatos profundos y simbolizar momentos cruciales en la historia.

Vintage by López-Linares

Las perlas, más que simples adornos, se convierten en testigos silenciosos de una mujer que desafió las expectativas de su tiempo. Aunque la historia de Ana tiene sus sombras, las perlas continúan resplandeciendo, recordándonos que incluso en medio de la tragedia, la elegancia puede prevalecer.

Si quieres tener el collar de perlas que siempre has soñado, puedes escribirnos por whatsapp al 683465441 y te enseñaremos la multitud de posibilidades que tenemos para hacerte el tuyo.

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Retrato de Giovanna Tornabuoni

giovanna tornabuoni

Conocer todos los avatares y caminos que ha recorrido un retrato a lo largo de 525 años no es nada sencillo, pero en el caso de esta extraordinaria obra de Ghirlandaio somos afortunados. Conocemos todos los viajes que ha realizado la obra «Giovanna Tornabuoni» ya que se encuentran perfectamente documentados. Os aseguro que me ha resultado más que emocionante seguir su pista por todo el mundo…

La Obra de Ghirlandaio

Permaneció en el Palazzo Tornabuoni de Florencia, su primer hogar, hasta que pasó a manos de la familia Pandolfini. Más tarde formó parte de la colección del barón Achille Seillière y la princesa Sagan en Francia. Sabemos que en 1878 se encontraba en Brighton, en la colección de Henry Willet, y que a principios del s. XX estaba en manos de Rudolf Kann, con el que no permaneció demasiado tiempo ya que en 1907 es el millonario americano J. Pierpont Morgan -fundador de la Banca J.P.Morgan y uno de los coleccionista de arte más importante de la historia- quien se hace con la obra. Se comentó que su deseo por la posesión de esta obra fue debido al recuerdo que la juventud y belleza del retrato le produjo de su primera esposa, fallecida de tuberculosis a muy temprana edad cuando apenas llevaban cuatro meses casados.

retrato de giovanna tornabuoni
«West Room» podemos apreciar el retrato de Giovanna a la izquierda
giovanna tornabuoni
El 219 de Madison Square hogar de Giovanna a principios del S.XX

De esta época es la imagen que muestro de la obra, donde podemos apreciar la obra expuesta en un caballete a la entrada de un gran salón y rodeada de otras obras de arte. La habitación es la “West room” del 219 de Madison Avenue, hogar de la familia Morgan en Nueva York.

Tras el fallecimiento de J.P Morgan su hijo vendió el cuadro en el año 1935, junto con otras piezas de la colección al barón Thyssen, padre del marido de Carmen Cervera.

El barón Thyssen lo trajo de vuelta a Europa, permaneciendo durante bastantes años en villa Favorita, una de las residencias del barón en la ciudad de Lugan o(Suiza). No puedo ni imaginarme la sensación que debe sentirse al entrar al salón de tu casa y encontrarte con semejante maravilla…

giovanna renacimiento

Giovanna Tornabuoni

Pero, ¿Quién era Giovanna Tornabuoni? Su nombre de soltera: Giovanna degli Albizzi, 8ª hija de un comerciante florentino que casó con Lorenzo Tornabuoni el 15 de junio de 1486, muy enamorada. Algo bastante inusual para la época, dónde los matrimonios se realizaban por conveniencia y sin amor. Su boda duró tres días con fiestas, bailes y banquetes, siendo una de las mas documentadas de la época. Sabemos que Giovanna se casó de blanco luciendo un esplendido peinado con costosos adornos. Llegó al Palazzo Tornabuoni acompañada por su padre donde fue recibida por su suegro. Entre los invitados la flor y nata de la sociedad florentina. Y como invitado de honor: Dn. Iñigo López de Mendoza, embajador de España.

Después del banquete todos los invitados se trasladaron a la plaza que había delante de la Iglesia de San Michele, y allí, en una tarima vistosamente decorada para la ocasión, se desarrollaría el baile. Los novios pasarían la noche de bodas en el Palazzo Tornabuoni en una habitación elegantemente decorada para la ocasión. La fiesta se prolongó por dos días más y el segundo día se unió al convite Lorenzo de Médici, primo de Lorenzo Tornabuoni y uno de los hombres más influyentes de la época. Le siguieron justas y torneos, que Naldo Naldi narró con todo lujo de detalle en sus crónicas.

Giovanna y Lorenzo tuvieron enseguida un hijo. Pero la alegría en la casa no duraría mucho tiempo. Giovanna fallecería apenas un año y medio después de la boda, cuando se encontraba embarazada de su segundo hijo. La pérdida de su bella esposa y el hijo que esperaban dejó a Lorenzo desolado, encargando al poco tiempo su retrato póstumo. Algo muy corriente en esa época.

El retrato de Giovanna Tornabuoni

El retrato de Giovanna es espectacular. No me extraña que todos sus anteriores dueños se enamoraran de ella nada más verla. Tener el privilegio de disfrutar de esta obra en tu propia casa debe ser algo inimaginable…

Giovanna luce bellísima, permaneciendo erguida y segura y transmitiendo una noble pose de serenidad. Su mirada firme y un tanto perdida en el infinito hacia lo que imaginamos como una ventana por la que penetra la luz. Una luz que ilumina su rostro, su pecho y sus ricos ropajes pero que deja sus manos en una suave penumbra.

Impresiona el gran contraste de coloridos: los negros con los amarillos, dorados, rojos y naranjas que consigue Ghirlandaio. En un principio la obra permaneció enmarcada en dorado, así aparece al menos reflejado en un inventario del Palacio Tornabuoni en 1498. Nos hablan de un retrato de Giovanna, colgado en la habitación de Lorenzo con una marco dorado. Pero en la actualidad la moldura que la enmarca es casi negra, resaltando sobremanera el dorado de su pelo y los dorados y rojizos de su ropaje.

El retrato posee un poder hipnotizador… Os aseguro que cuesta trabajo retirar la mirada de ella. Te atrapa.

retrato de giovanna tornabuoni

Como era de suponer, a mí los ojos se me fueron de inmediato hacia su broche. Una preciosa pieza de joyería que Ghirlandaio supo dibujar con delicadeza y mimo, colgándolo sobre su pecho mediante un finísimo hilo de seda.

Mi deseo al mirarla fue que se girara, para así poder contemplar su belleza al completo…

Vintage by López-Linares

Salí del Thyssen con el firme propósito de reproducir esa preciosa pieza que pendía de su cuello. Y eso es precisamente lo que hace que hoy traiga hasta nuestro espacio Vintage el colgante de Giovanna Tornabuoni.

Si vives en Madrid o piensas venir por aquí, no dejes de reservar un momento para visitar este magnífico retrato, considerado como “la joya de las joyas” de la colección Thyssen y una de las obras más emblemáticas del renacimiento italiano.

Por último os adjunto un vídeo de la fantástica conferencia que sobre la obra dio D. Guillermo Solana en 2009.

Y también  os dejo el link a esta preciosa joya: El colgante de Giovanna Tornabuori 

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La Fortaleza de Botticelli: Travesía en el Corazón del Renacimiento

Hoy nos aventuramos en el fascinante mundo de Sandro Botticelli, un maestro renacentista cuya destreza con el pincel dejó una huella indeleble en la historia del arte. Vamos a sumergirnos en la majestuosidad de una de sus obras más emblemáticas: «La Fortaleza».

Sandro Botticelli: Más Allá del Pincel

Nacido como Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi en 1445, Botticelli emergió en la efervescente escena artística de Florencia, Italia. Su vida transcurre en el corazón del Renacimiento, una era que no sólo abrazó la renovación artística, sino que también redefinió la relación entre la humanidad y el conocimiento. Botticelli, maestro del pincel, no sólo dominó técnicas artísticas, sino que también se sumergió en la filosofía y mitología, fusionando estas influencias en sus obras de manera única. 

Florencia, un crisol de creatividad, fue el hogar que inspiró la genialidad de Botticelli. Entre el río Arno y las majestuosas cúpulas de la ciudad, Botticelli desarrolló su estilo distintivo. Influido por la atmósfera intelectual y artística de la época, su obra no solo captura la gracia y la belleza, sino que también refleja la esencia misma del Renacimiento.

Obras Maestras de Botticelli: Más Allá de La Fortaleza

Aunque nos enfocaremos en «La Fortaleza», el legado de Botticelli se expande a través de otras obras maestras. «El nacimiento de Venus» y «La Primavera» son testimonios de su habilidad para plasmar la mitología y la belleza femenina con un toque distintivo. Estas obras, inmortales en su esplendor, revelan la profunda conexión de Botticelli con la naturaleza y la espiritualidad.

Detalle de la Adoración de los Reyes Magos. Supuesto autorretrato de Botticelli.

La Fortaleza: Más que un Cuadro, una Odisea Artística

Adentrándonos ahora en «La Fortaleza», esta obra, más que una representación visual, es una odisea artística que explora la fortaleza en todos sus aspectos. El símbolo de poder y seguridad se manifiesta en el lienzo como un recordatorio atemporal de la fortaleza interior y exterior que cada individuo lleva consigo.

Es la primera obra de Boticelli de la que tenemos constancia tanto del año en que fue pintada y como de quien fue encargada. Es un temple realizado sobre tabla que forma parte de un conjunto de siete obras que representan a las siete Virtudes: las tres Teologales (Fe, Esperanza y Caridad), y las cuatro cardinales (Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza).

Botticelli y La Fortaleza

El cómo llegó Botticelli a participar en este encargo tiene un cierto matiz providencial. Fue en el año 1469 cuando el Gremio de Mercaderes de Florencia, encargó al pintor Piero del Pollaiolo siete espalderas que representaran a las siete Virtudes. El fin era el de decorar los sillares de la sala del Tribunal, donde se realizaban todos los juicios entre los mercaderes. Al año del encargo, ante el retraso en la entrega de la obra y gracias a la intervención de Giovanni Antonio Vespucci, que vivía cerca de la casa de Botticelli y era el tutor de su hermano Piero Botticelli, éste recomendó al Gremio de Mercaderes al joven pintor. Y así fue como Botticelli tuvo esta gran oportunidad de dar a conocer su gran maestría como pintor.

Botticelli fue el encargado de representar a la Virtud de la Fortaleza. Tuvo que adaptarse al diseño de las restantes Virtudes de Piero Pollaiolo.

En su obra Botticelli demostró muchísima habilidad resultando mucho más impactante que la de Piero. Los dos artistas usaron las mismas técnicas renacentistas, los dos emplearon la misma perspectiva lineal para crear la ilusión de las tres dimensiones. Pero las figuras de Piero quedaban en el fondo, mientras que las de Botticelli se situaban en primer plano, convirtiéndose en el centro visual.

Las siete Virtudes llevaban grandes ropajes, pero enseguida destacan los ropajes de Botticelli: son vibrantes y atractivos. Con un colorido que destaca inmediatamente con los ropajes planos de Piero. También al ver las caras de las Virtudes llama la atención la Virtud de Boticelli, que tiene esa dulzura y sensibilidad que aprendió muy bien de su maestro Filippo Lippi. Y que contrasta con las caras más estáticas e inexpresivas de las Virtudes de Piero. 

La Técnica detrás de la Magia: Descifrando la Creación de «La Fortaleza»

Botticelli, artista meticuloso, aplicó la técnica de témpera sobre tabla para dar vida a «La Fortaleza». Esta antigua técnica, que implica la mezcla de pigmentos con huevo y agua, creó una paleta sutil y duradera. La atención meticulosa a los detalles y la elección de colores vibrantes dan vida a la fortaleza, resaltando la maestría técnica de Botticelli, cuyo legado perdura a través de los siglos.

Merece la pena detenerse un poco más en esta preciosa obra. En ella, Botticelli es un innovador y un pionero ya que es la primera vez que en la iconografía de la época se representa a la Virtud de la Fortaleza como él lo hace. Hasta entonces se le solía representar con unos determinados atributos: casco, escudo, espada y un león. Botticelli elimina de un plumazo todos ellos y la representa simplemente con una armadura adornada con diamantes, representando la dureza y solidez de esta Virtud. Esta armadura está pintada con toda clase de detalles, demostrando los conocimientos de Botticelli como orfebre.

En sus manos, la Fortaleza lleva una maza de hierro con forma de columna, que alude a la historia bíblica de Sansón, en vez de la típica espada, representando a la fuerza que se atribuye a esta virtud.

Otro detalle muy bonito es el efecto de la luz fría que se refleja en la armadura y en los diamantes, que hace resplandecer a las perlas que adornan la cabeza de la virtud y representan a la pureza de la Fortaleza.      

Botticelli da un aspecto juvenil que no tienen las otras Virtudes y lo logra haciendo salir de los hombros dos gruesas coletas que caen delicadamente sobre los senos. Este detalle lo repetirá en cuadros posteriores como en el de “la Primavera“ y en el de “ Venus y Marte”. 

El joven artista que era entonces Boticelli no defraudó a sus clientes y supo transmitir todo lo que la Virtud de la Fortaleza aporta al hombre. La realización de esta obra abrió a Botticelli las puertas de la pintura florentina de finales del Quatrocento.

Un Vistazo a la Eternidad de Botticelli

En resumen, «La Fortaleza» es más que una pintura; es una puerta al genio artístico de Sandro Botticelli. A través de su vida en Florencia, sus otras obras maestras y la técnica magistral detrás de «La Fortaleza», Botticelli nos invita a un viaje a través del tiempo y el espacio. Así que, la próxima vez que te encuentres frente a una obra de este gran maestro, recuerda que estás contemplando la eternidad de un genio que dejó su huella en el lienzo de la historia. Te dejamos también el link al post donde hablamos de todas las Virtudes de Piero del Pollaiolo haciendo click aquí.

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Gentile da Fabriano «Adoración de los Reyes Magos»

Considerada la obra maestra de Gentile da Fabriano y una de las obras cumbres del Gótico italiano.

La obra maestra:

Es un retablo pintado sobre madera y fechado en 1423. La obra fue un encargo del acaudalado banquero florentino Palla Strozzi -adversario de la familia Medici-,  para decorar la capilla de la iglesia de la Santísima Trinidad de la ciudad de Florencia.

Es una obra de una riqueza extraordinaria. En la que se empleó una gran cantidad de oro y polvo de lapislázuli para el manto de la virgen, una piedra muy apreciada y cara en esa época. Esto nos demuestra la gran posición social de Palla Strozzi a la hora de hacer el encargo.

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El bellísimo retablo se encuentra enmarcado con una impresionante moldura gótica dorada que imita la forma de un tríptico. Que hace que la escena quede unificada y nos dé la sensación de encontrarnos ante una ventana.

El marco del retablo de Gentile da Fabriano

En la parte superior del marco están representados los profetas Jeremías, Isaías, Daniel y Ezequiel, así como Moisés y el rey David, con tres tondos (círculos decorativos) donde  están representados Cristo Redentor, la Virgen María y el Arcángel San Gabriel. Siguiendo con la descripción del marco, vemos que  en la parte inferior del retablo hay tres miniaturas que representan “la Natividad”, “la Huida de la sagrada familia a Egipto”  y “la Presentación del Niño en el templo”, realizadas con toda clase de detalles.

El tema del retablo es religioso. Representando la adoración de los Reyes Magos ante el Niño Dios;  un tema muy demandado en esa época por la nobleza florentina. Ya que simbolizaba la sumisión de los grandes poderes de la tierra ante el Dios encarnado.

La pintura es narrativa, habiendo un hilo conductor que narra la escena. Podemos ver al cortejo que acompaña a los tres Reyes Magos. Compuesto por nobles, animales representativos de la nobleza italiana como halcones, caballos, monos o perros de caza. Todos ellos dan varias vueltas llenando el fondo del cuadro para dirigirse primero a la Ciudad Santa. Pasando por el palacio de Herodes para llegar, por fin, al lugar en el que se encuentra la Sagrada Familia con el Niño Dios sentado en las rodillas de la Virgen María.

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La obra está plagada de detalles. Alguno de ellos pone un toque de humor, como la lagartija que sube por la pared del portal de Belén, o el escudero arrodillado que le está quitando las espuelas al tercero de los Reyes.

Los detalles de la obra:

La escena principal es muy hermosa. Se ve a los tres Reyes rodeados de su enorme séquito de nobles caballeros, cómo van a adorar al Niño Jesús y le van a ofrecer los presentes reales del incienso, el oro y  la mirra. Uno de ellos ya ha ofrecido el suyo y está arrodillado ante el Niño, el cual, cariñosamente, le da las  gracias acariciándole la cabeza.

Si nos fijamos, cada rey tiene una edad diferente. Queriendo representar las tres edades del hombre. El detallismo con que están pintados los mantos de los Reyes, su riqueza y los brocados de los tejidos con relieves de plata y oro están realizados por Gentile con la técnica del punzón. Dándoles un realismo extraordinario. Y todos estos brocados tan recargados es en los que nos hemos inspirado para crear la pieza que hoy os traigo hasta nuestro blog. La cruz de plata dorada y piedras semipreciosas que hoy es la protagonista de nuestra sección de joyas históricas.

Como detalle curioso os quería contar que el noble que se encuentra justo detrás del último Rey, mirando al espectador y llevando en su mano un halcón es Palla Strozzi. Es la primera vez que el donante de la obra forma parte de la historia representada en ella. Y esta idea de incluir al mecenas en la obra fue algo que muchos nobles imitaron desde entonces, como por ejemplo los Medici.

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Este retablo fue muy admirado y venerado en Florencia, sobre todo el día de la fiesta de la Santísima Trinidad de Florencia. Como era fiesta mayor se organizaba una importante procesión con la participación de los nobles florentinos. El abad, antes de entrar en la iglesia, daba tres golpes en el suelo, se abrían las puertas y entraba la procesión que se dirigía a la capilla presidida por el retablo de “La Adoración de los Reyes Magos”. Una procesión muy similar a la que acompaña a los Reyes en el retablo pintada por Gentile da Fabriano.

Sobre el autor de esta soberbia obra me gustaría destacaros:

Gentile da Fabriano, cuyo verdadero nombre era Gentile di Niccolo di Giovanni di Massi, recibió el apelativo de Fabriano por ser originario de esta ciudad.

Fue un notable pintor, representante del estilo gótico internacional. En sus obras abunda el uso del oro, figuras estilizadas de ricos ropajes y una detallada recreación de la naturaleza.

Gentile nacería en 1370 en el seno de una familia de comerciantes de paños. Su padre, Niccolo de Giovanni Massi, y su madre mueren siendo él muy joven. No se conocen datos de su infancia ni de su formación como pintor. Se supone que debió tener contacto con las escuelas pictóricas del norte de Italia. Como la de Siena, la de Lombardía y, sobre todo, la de Pavía – que por entonces era un centro cultural muy importante – donde existía una importante escuela de miniaturas en la que posiblemente Gentile aprendió esta técnica, que más tarde aplicará en muchas de sus obras.

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La carrera del autor.

Su carrera como pintor fue totalmente atípica para aquella época. Al contrario que los otros artistas, él nunca quiso establecerse y crear su propio taller. Prefiriendo ir de un lado a otro de Italia, trabajando en las distintas cortes italianas y absorbiendo el movimiento artístico de la pintura italiana de cada lugar donde estaba.

En 1405 se tiene constancia de su estancia en Venecia. Lugar donde se inscribió como alumno en la Scuola dei Mercanti. No se sabe nada más de él hasta 1408, en el que le encargan realizar un fresco para decorar la Sala del Maggior Consigglio del Palacio Ducal de Venecia, pintando “La batalla de Oton III y los venecianos”. Para realizar este trabajo Gentile tuvo dos asistentes. Uno era Pinasello, que estuvo a su lado hasta el final de su vida. Y el otro un joven llamado Jacobo Bellini que llegaría a ser un famoso pintor y patriarca de una gran familia de pintores.

Este trabajo en el palacio Ducal le daría bastante fama y prestigio. Es aquí, en Venecia, donde Gentile adquiere el colorido rico y brillante de los artistas venecianos. En esa época consta en los archivos de Venecia que realizó un cuadro para el famoso coleccionista de arte Francesco Amandi.

Cuando en el año 1422 llega a Florencia, su fama está muy consolidada y los nobles florentinos   nada más llegar le llenan de encargos, tanto que se ve obligado a abrir un taller para poder atender a los ilustres clientes. Es en esta ciudad donde realizará dos de sus más conocidas obras. Una de ellas fue el encargo de un retablo para el altar mayor de la Iglesia de San Nicolás Oltrano de Florencia. Retablo que se mantuvo en su lugar de origen hasta 1830, año en que fue totalmente desmembrado y vendido por partes, y otra de ellas es su obra maestra: “La Adoración de los Reyes Magos”, de la que ya os he hablado anteriormente.

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La Virgen con el Niño y Santos.

Todavía en 1425 ha de dejar Florencia y marchar a Siena para realizar otro encargo, un fresco también muy famoso de “La Virgen con el Niño y Santos”, en el interior de la catedral de la ciudad. Y nada más terminar esta obra, el Papa Martín V le reclama desde Roma para decorar la nave central de la Basílica Lateranense. Marcha para allá con su querido ayudante y discípulo Pisanello, pero Gentile no puede acabar el trabajo porque le llega su hora y muere ese mismo año. Ha de ser Pisanello el que, después de 5 años de duro trabajo, concluya la obra. Pisanello vuelve a Florencia y se hace cargo del taller de su maestro.

Nadie sabe con certeza dónde fue enterrado este gran artista cuya producción de obras fue   muy numerosa, pero que por desgracia gran parte de ella se ha perdido a consecuencia de la destrucción de muchas de las iglesias para las que trabajó por todo el norte de Italia.

Aun así, cuando se recorre el norte de Italia: Ferrara, Pavía, Perugia, Lombardía, Florencia, …  es inevitable no encontrarte alguna obra de este gran pintor.

Podéis ver la cruz con más detalle en el siguiente link:

Cruz Gentile da Fabriano

Imágenes:

Artehistoria.com

Khanacademy.org

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Piero del Pollaiolo: las 7 virtudes cardinales

Piero del Pollaiolo virtudes cardinales

Con motivo de nuestro viaje a Florencia, queremos hablaros de este maravilloso pintor. En concreto de las 7 virtudes de Piero del Pollaiolo. Si no nos seguís en instagram, os aninamos a hacerlo, ya que compartimos muchas historias sobre joyas históricas y arte. De hecho, en este viaje a Florencia «os llevamos con nosotras» compartiendo fotos de nuestro viaje e historias curiosas que fuimos descubriendo estando allí.

Piero del Pollaiolo

Piero del Pollaiuolo fue un pintor renacentista italiano de Florencia nacido en 1443. Su hermano era el artista Antonio del Pollaiuolo y los dos trabajaban juntos frecuentemente. Su trabajo muestra tanto influencias clásicas como interés por la anatomía humana. Al parecer, los hermanos realizaron disecciones para mejorar sus conocimientos sobre el tema.

En nuestro viaje a Florencia tuvimos la suerte de visitar la Gallería Uffizi. La verdad es que todas sus obras y esculturas nos llamaron mucho la atención. Pero en este post queríamos hablaros de las 7 virtudes. Siete cuadros que representan las siete virtudes: caridad, fe, templanza, prudencia, esperanza, fortaleza y justicia. A pesar del patrón repetitivo de la composición, cada una de las Virtudes adopta una pose diferente y los detalles decorativos diferencian la arquitectura de mármol en cada sentido.

Prudencia

La prudencia sostiene un espejo para ver detrás de ella. Y agarra una serpiente, que un pasaje del Evangelio nos dice que es por naturaleza un animal prudente.

Piero del Pollaiolo Prudencia

Justicia

Junto con la Fortaleza, la Templanza y la Prudencia, la Justicia era una de las virtudes cardinales requeridas por la humanidad para vivir una vida de rectitud. Justicia sostiene una espada en su mano derecha y balancea el mundo sobre su rodilla izquierda. Se ha sugerido que el hermano mayor de Piero, Antonio del Pollaiolo, pudo haber ayudado a su hermano a pintar el Ciclo de Virtudes.

Piero del Pollaiolo Justicia

Esperanza

La Esperanza, con las manos unidas en oración, eleva los ojos al cielo. El Ciclo de Virtudes que se encargó de pintar a Piero del Pollaiolo en 1469, se mantuvo en el Tribunale della Mercantanzia (o Tribunal de la Culpa) hasta 1777, cuando fueron trasladados a la Galería de los Uffizi.

Piero del Pollaiolo Esperanza

Caridad

La Caridad fue la primera virtud que se pintó en el Ciclo de las Virtudes encargado a Piero en 1469 para la Corte de la Culpa en la Piazza della Signoria. Los atributos de la Virtud son fuego ardiente y un niño, al que amamanta.

Piero del Pollaiolo Caridad

Fe

La Fe, junto con la Esperanza y la Caridad, es una de las virtudes teologales cristianas inspiradas por Dios en el alma del hombre. La Virtud sostiene el crucifijo y el cáliz de la Eucaristía. La orfebrería se realiza con notable habilidad mimética, una característica recurrente del estilo de Piero del Pollaiolo.

Piero del Pollaiolo Fe

Templanza

La Templanza -en otras palabras la moderación y la capacidad de controlar los instintos- se representa mezclando agua fría y caliente. Como las demás Virtudes, se sienta en un precioso trono de mármol decorado con motivos clasicistas.

Piero del Pollaiolo Templanza

Fortaleza

La Fortaleza es una pintura del maestro renacentista italiano Sandro Botticelli, terminada en 1470. Para nuestra sorpresa, la séptima Virtud no está pintada por Piero del Pollaiolo. A diferencia de los otros paneles del Ciclo, pintados sobre madera de ciprés, la Fortaleza está pintada sobre álamo, una madera más utilizada para pintar en cuadros en la Toscana.

La Fortaleza se representa como una mujer joven con armadura debajo de su delicada túnica y agarrando la batuta de mando.

Como curiosidad, y no nos sorprende, os contamos que las comprensibles protestas de Pollaiolo a la participación de Botticelli contribuyeron a limitar la participación del mismo en la comisión a esta única figura. Botticelli pudo contar con la ayuda de Tommaso Soderini, uno de los comisionados de Mercanzia, y debido a su intrusión, el gremio de pintores modificó sus estatutos para proteger a sus miembros de otras interferencias externas

Piero del Pollaiolo Fortaleza

Vintage by López-Linares – Piero del Pollaiolo

Esperamos que os haya gustado conocer un poco más acerca de la historia de estos cuadros. Os contaremos pronto muchas novedades del por qué de nuestro viaje a Florencia. Contadnos, ¿habéis estado alguna vez? ¿Cuál fue vuestro lugar favorito?

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Florencia: Ciudad Histórica

En el post de hoy queríamos contaros es que este mes hemos viajado a Florencia. Una ciudad que impresiona no importa las veces que la hayas visitado.

Uno de los motivos por los que fuimos de viaje es para buscar inspiración para nuestras nuevas colecciones. Ya sabéis que nos especializamos en la reproducción de joyas antigüas, joyas históricas de cuadros maravillosos. Y dónde mejor que Florencia para visitar museos que nos inspiren a crear nuevos modelos. 

¡Te animo a que nos sigas en Instagram si no quieres perderte nada en @vintagebylopezlinares! Allí os compartimos el viaje de primera mano pero, si te lo perdiste, te dejamos un pequeño resumen por aquí. 

Cattedrale di Santa Maria del Fiore. Catedral de Florencia.

La catedral florentina es uno de los edificios más grandes de la cristiandad. La fachada original, diseñada por Arnolfo di Cambio y normalmente atribuida a Giotto, fue de hecho comenzada veinte años después de la muerte de Giotto.

Símbolo de la riqueza y el poder de la capital toscana durante los siglos XIII y XIV. Destaca, de forma singular, la grandiosa cúpula, obra de Filippo Brunelleschi, una estructura isostática de 100m de altura interior. Se necesitaron 4 millones de ladrillos para su constucción.

Basílica de Santa Croche

Otro de los lugares que no os podéis perder si vais a Florencia es la Basílica de Santa Croche. Esta basílica es la iglesia franciscana más grande del mundo. Sus características más notables son sus dieciséis capillas, muchas de ellas decoradas con frescos de Giotto y sus alumnos, y tumbas y cenotafios. La leyenda dice que Santa Croche fue fundada por el mismo San Francisco. 

Tuvimos la suerte de visitar Florencia cuando ya estaba todo decorado de Navidad. Os recomiendo muchísimo ir en estas fechas, por de verdad merece la pena ver la ciudad decorada tan bonita. Había luces preciosas en todas las calles, árboles de Navidad, y un ambiente muy acogedor. Además, había mercados navideños muy divertidos. Tenían comida, bebida, puestos con decoraciones navideñas… Estaba todo realmente precioso. Nosotras ya tuvimos la suerte de visitar Florencia en otra ocasión, y nos encantó conocerla vestida de Navidad.

Galleria dell’Accademia

Sin duda un museo que no puedes perderte. Aparte de que aquí podrás ver al famoso David de Miguel Angel, tiene muchas otras esculturas y pinturas realmente increíbles.

David es una obra maestra de la escultura renacentista, realizada en mármol entre 1501 y 1504 por el artista italiano Miguel Ángel. David fue originalmente comisionado como una de una serie de estatuas de profetas que se colocarían a lo largo de la línea del techo del extremo este de la catedral de Florencia, pero en cambio se colocó en una plaza pública, fuera del Palazzo Vecchio, la sede del gobierno cívico en Florencia. La estatua fue trasladada a la Galleria dell’Accademia, en 1873, y luego reemplazada en su ubicación original por una réplica.

Galleria Uffizi

Otro museo impresionante es la Galleria Uffizi. Esta foto demuesta las vistas tan increíbles que tiene la Gallería. Ademas de multitud de obras de arte. La galería ocupa por completo el primer y segundo piso del gran edificio construido entre 1560 y 1580 y diseñado por Giorgio Vasari. Es famoso en todo el mundo por sus destacadas colecciones de esculturas y pinturas antiguas (desde la Edad Media hasta la Edad Moderna).
Las colecciones de pinturas del siglo XIV y del Renacimiento incluyen algunas obras maestras absolutas: Giotto, Beato Angelico, Filippo Lippi, Botticelli, Leonardo y Michelangelo. 

Y además, disfrutarás de estas vistas tan espectaculares del Ponte Vecchio.

Vintage by López-Linares

No podemos negar que Florencia es una ciudad que nos apasiona. Podríamos estar horas escribiendo sobre ella. Fuimos muy poquitos días así que no pudimos disfrutar de todos los lugares tanto como nos hubiese gustado. Por eso os dejamos un resumen muy pequeño de esta ciudad majestuosa. Sin duda, estamos deseando volver. Y vosotras, ¿habéis estado en Florencia? ¡Contadnos!

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Bianca Capello: Gran Duquesa de la Toscana

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Bianca Capello nació en Venecia en el año de 1548, destacando pronto en la corte veneciana por su belleza y refinamiento.  A los 15 años se enamoró perdidamente de un joven florentino llamado Pietro Bonaventuri. Una relación que no fue aprobada por los padres de la joven, dada la procedencia humilde de Pietro, lo que provocó que los dos enamorados se fugaran a Florencia para casarse a escondidas.

Una vez allí, sin meditarlo ni pensarlo dos veces, contrajeron matrimonio. Desde Venecia, la familia de Bianca intentó a través del gobierno veneciano hacer presión para que Bianca volviera a Venecia, llegando incluso a ofrecer una recompensa de 2000 ducados por la cabeza de Pietro. Pero el Gran Duque Cosme I impidió que esto ocurriera, logrando que dejaran tranquilo al matrimonio. No sospechaba en ese momento Cosme que ella se convertiría en la amante de su hijo y heredero Francisco I.

Bianca pronto se dio cuenta del error cometido, haciendo que su vida fuera insostenible dentro de la familia de Pietro, a lo que se unía el verse obligada a vivir con dificultades económicas a las que ella no estaba acostumbrada, lo que la obligaba a tener que trabajar en lo que ella llamaba “trabajos de baja categoría”. La diferencia social fue un abismo infranqueable para la pareja.

La Gran Duquesa de Toscana

Bianca tuvo ocasión en esas fechas de conocer al hijo mayor del Gran Duque de Toscana, Francisco, quedando éste prendado inmediatamente de ella y, aunque ya estaba casado con Juana de Austria, nada impidió que la cortejara.  De Juana y sus preciosos pendientes de turquesa ya os he hablado en el blog también.

bianca capello

El cortejo no duró mucho porque tanto Bianca como Francisco se encontraban en una situación sentimental parecida, ambos se sentían frustrados en sus respectivos matrimonios. Bianca por su penosa situación económica y social, Francisco por la incomprensión del carácter melancólico de su mujer y la imposibilidad de que ésta le diera un heredero varón (habían nacido seis hijas consecutivas).

Así que Francisco sedujo sin ningún escrúpulo a Bianca ante su mujer y ante toda la corte florentina, dándole todo tipo de regalos, vestidos y joyas que ella exhibía delante de las damas de la corte. Incluso le llegó a ofrecer un suntuoso edificio al lado del palacio Vecchio el cual fue mandado decorar por los más famosos artistas del momento – El hoy conocido como Palacio de Bianca Capello -. A Pietro, el marido de Bianca, lo acalló proporcionándole un buen trabajo dentro del Ducado y rodeándole de bellas mujeres. Esta vida fácil y desordenada le llevó a la muerte, siendo asesinado en plena calle de Florencia a consecuencia de una intriga amorosa. Siempre se sospechó de que su asesinato fue un encargo de Francisco.

En 1574 fallece Cosme I, pasando Francisco a ser el Gran Duque de Toscana, Francisco I. La relación con Bianca se consolida y en 1576 tienen un hijo al cual ponen de nombre Antonio. Bianca está feliz porque al fin ha logrado lo que Juana de Austria llevaba intentando  sin conseguir. Pero entonces un acontecimiento cambia el rumbo de las cosas ya que Juana de Austria da  a luz al ansiado varón. El legítimo heredero es recibido con toda clase de festejos, sobre todo por parte de la familia Medici que no aceptaba la relación extramatrimonial de Francisco con Bianca y aún menos al hijo de ambos.

Los acontecimientos se precipitan en 1578 cuando muere la Gran Duquesa Juana de Austria. Francisco no respeta el tiempo de duelo y a los pocos meses de la muerte de su esposa se casa con Bianca en la más estricta intimidad, reconociendo a Antonio como su hijo.

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Al año siguiente se hace público el matrimonio, siendo Bianca nombrada Gran Duquesa de Toscana en el palacio Vecchio de Florencia. La nueva posición no significaba ninguna garantía para Bianca y su hijo, ya que si su marido moría ella y su hijo tendrían serias dificultades, dado que los Medici no les habían aceptado ni reconocido como miembros de la familia.

La vida quiso que en 1582 muriera el heredero legítimo al ducado, Felipe. Es entonces cuando Francisco comienza a preparar a su hijo Antonio como el futuro heredero. Pero de nuevo el destino juega una mala pasada y una noche después de una cena de caza en la villa rústica de Poggio a Caiano, Francisco y Bianca caen enfermos con unas terribles fiebres, y tras unos días de larga agonía mueren uno tras el otro. Aunque en su día se aseguró que murieron de malaria siempre se ha sospechado que fue una muerte causada por un envenenamiento. Y esto se ha confirmado en las últimas investigaciones sobre el cuerpo de Francisco. Todo indica que se utilizó arsenico, un veneno muy utilizado en la época para deshacerse de rivales políticos.

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El encargado de haber cometido el doble crimen no habría sido otro que Fernando, hermano de Francisco. El motivo, lógicamente, conseguir el poder. Parece ser que Fernando recopiló todos los boletines médicos sobre la enfermedad de su hermano, y siempre intentó minimizar la gravedad de la enfermedad en despachos enviados a la Santa Sede. Fernando ordenó las autopsias de la pareja, un procedimiento muy raro en esa época, y que tal vez fue usado no para encontrar las causas de la muerte, sino para encubrir las evidencias.

Fernando, gran enemigo de Bianca, hereda el Ducado y ni siquiera permitió que fuera enterrada en el panteón familiar de los Medici. El hijo de Bianca, Antonio, vivió bajo la protección del Gran Duque Fernando hasta que alcanzó la mayoría de edad. Llegado ese momento le ofreció una pensión de 3000 ducados al año a cambio de renunciar a cualquier titulo o herencia paterna. Antonio de Medici aceptó la oferta y vivió desahogadamente toda su vida.

Pero ahora me gustaría pararme un rato a contemplar con vosotros este magnífico retrato de Bianca y contemplar las joyas que llevaba esta bella dama.

Nos encontramos en Florencia en el año de 1574, donde acaban de morir dos grandes

artistas florentinos: Vasari y Bronzino. Dos grandes pintores que formaban parte del equipo de artistas que rodeaban a la familia Medici. Es en este preciso momento cuando Alessandro Allori aprovecha su oportunidad, tra el vacío que creado, para convertirse en el pintor más popular de Florencia.

El Gran Duque Francisco I de Medici (hijo mayor de Cosme I, que habría tenido durante todo su reinado a Bronzino como pintor de corte) no tarda en llamarle y hacerlo pintor oficial de la familia. Esto, por supuesto, es un enorme honor para Allori, que se dedicará en cuerpo y alma por unos años a satisfacer los encargos artísticos del Gran Duque.

El retrato del que hoy quiero hablaros es uno de esos encargos que realizara el Gran Duque. Uno muy especial ya que se trata del retrato de su amante Bianca Capello.

Estamos en los primeros años del romance, pudiendo apreciar toda la belleza y juventud de la dama. Bianca luce esplendorosa, elegantemente vestida y enjoyada tal como su enamorado la exhibía, sin ningún miramiento para con su esposa Juana de Austria en la corte florentina. El Gran Duque la llenó de regalos, entre ellos un sinfín de lujosos vestidos como el que vemos lucir a Bianca en este retrato.

Lleva un vestido a la moda Italiana del Renacimiento, de terciopelo negro adornado todo él con detalles de pasamanería dorada. En esta época Florencia se había convertido en el centro de la moda europea, siendo donde nace el concepto “moda” tal y como lo conocemos hoy. La moda se convierte en algo muy importante para la alta sociedad, que se preocupa hasta el extremo por cumplir los cánones en cada momento.

Así el vestuario se convierte en una forma de invertir, ya que son prendas muy sofisticadas, confeccionadas con ricas telas importadas, bordadas con hilos de oro y plata, perlas y piedras preciosas que, gracias a la llegada de la aguja de acero traída por los árabes a España, facilitaba la realización de finos y delicados bordados. Así los vestidos, sobre todo los femeninos, se convierten en verdaderas obras de arte. La moda requería renovar con frecuencia el vestuario, con lo cual se llegó a crear un próspero comercio de segunda mano.

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Es una pena que no podamos ver el vestido al completo que lleva Bianca en este retrato, pero podemos apreciar que es el clásico vestido italiano de amplias mangas acuchilladas con las costuras abiertas, dejando ver el forro o la camisa de escote en forma de V, desde el cual sobresale la elegante gorguera en forma de abanico bordeada de fino escarolado.

Bianca, joven de la alta sociedad de Florencia, cumple con todas las normas de la estética del momento: piel clara, frente ancha y despejada como mandan los cánones. No sabemos si Bianca se depilaba el pelo para conseguir este efecto, como lo hacían otras mujeres para despejar la frente. Las cejas son finas y su peinado es tal y como se peinaban la mayoría de las damas: raya en medio, pelo tirante hacia atrás por encima de las orejas y recogido en un moño detrás de la cabeza.

Y sobre todas las joyas que lleva en su arreglo. Yo en esta ocasión me quedo con el diseño de los pendientes, siendo la pieza elegida para formar parte de nuestra exclusiva colección de joyas históricas. Unos labrados pendientes de oro con cinco perlas que hemos reproducido en plata dorada y que hoy os presento en primicia. El diseño es típico de la orfebrería florentina de la época.

Luce también un precioso tocado muy florentino realizado con una diadema de perlas, desde la cual cubre la parte de atrás de su cabello un velo-mantilla que las damas de la corte florentina lucían en ocasiones especiales.

Es uno de los retratos más bellos que realizó Allori de Bianca Capello, y seguramente uno de los preferidos del Gran Duque Francisco I de Toscana.

 

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BEATRIZE D´ESTE: Duquesa de Milán

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No se sabe exactamente el año en que fue pintado este retrato de Beatriz Sforza, pero debió ser alrededor de 1490, ya estando casada con Ludovico Sforza.

Retrato de Beatrice d’este

Es un retrato de una mujer muy joven de la alta aristocracia vestida a la usanza del Renacimiento italiano. Lleva un rico vestido de color verde oscuro con adornos rojos y dorados, colores muy usados en el Renacimiento.

Como dama de alta posición, completa el vestuario con dos espectaculares colgantes, uno que cuelga de la diadema que lleva en la cabeza, muy a la moda de ese momento, y que lo remata una gran perla en forma de lágrima; y otro que apoya sobre su pecho, insertado en una bonita gargantilla de perlas. Este último tiene un diseño que nos recuerda bastante al que luciera Eleonora de Toledo en el cuadro de Broncino, broche del que ya os hable hace meses.

beatrice d'este

Otra nota curiosa que nos dice claramente de qué época es la dama del retrato, es el peinado. Durante toda la Edad Media, la mujer ha escondido el pelo dentro de numerosos y variados tocados, y es a finales del siglo XIV, sobre todo en el XV y en Italia, cuando se está empezando a gestar un cambio en la manera de vestir. Los nuevos aires humanistas llegan también a la moda del vestir y el peinado. Las damas italianas son las primeras en mostrar el cabello, que lo sujetan y adornan con el llamado “tocado trenzado”.

Este tocado consistía en una cofia calada hecha de hilos de oro o plata, a veces adornada con perlas, que se sujetaba en la parte posterior de la cabeza, y se unía en la nuca con el pelo recogido en forma de trenza. La trenza se cubría con una funda hecha de maya de hilos dorados o plateados. La raya en medio dejaba caer por los laterales de la cara el pelo recogido, para recogerlo más tarde cubriendo las orejas y unido detrás de la nuca, terminándolo con una hermosa trenza.

En este retrato Beatriz Sforza cumple todos los requisitos de la moda italiana, tanto en el peinado como en el vestido y las joyas. No hay ninguna duda de ubicar el tiempo y el lugar en el que vivió esta bellísima princesa del renacimiento.

Beatrice d’este

Beatrice fue una de las más bellas y cautivadoras princesas de la época. Nació en la cultural ciudad de Ferrara el 29 de junio de 1475, y a la edad de 5 años, con el fin de fortalecer la casa de los Ferrara de Este y la casa de los Sforza, es prometida a Ludovico Sforza.

En 1491 Milán se engalana para el acontecimiento del año. Va a celebrarse una doble boda: el enlace de Beatriz de Este con Ludovico Sforza y el enlace de Alfonso de Este -hermano de la novia- con Ana Sforza. Leonardo Da Vinci, que por esos años trabajaba como ingeniero de Ludovico Sforza, se encarga de organizar la fiesta y la decoración del palacio, inventando tramoyas que fueron la admiración de los invitados.

La gran personalidad y la dulzura de Beatriz hicieron que desde el primer momento fuese querida y admirada por toda la corte milanesa. Su amor por la música y la poesía y su pasión por el arte le hizo rodearse de los artistas más prestigiosos de Italia, y pronto la ciudad de Milán se convirtió en el  centro  cultural  con más esplendor de Italia.

Era una mujer llena de atractivo, alegre y divertida. Su forma de vestir marcó moda en la corte de Milán. Aunque sufrió como todas las mujeres de la época las infidelidades de su esposo, nunca perdió el ánimo ni el buen humor. Una de sus más famosas amantes fue Cecilia Gallerani, de la que también os he hablado en el blog hace meses y con la que tuvo un hijo.

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Esta bella mujer supo acompañar y ser un gran apoyo en las cuestiones políticas de su marido, pues poseía una gran inteligencia y habilidad política. Así lo pudo demostrar en 1492, cuando su marido la envía a Venecia para intentar ganar el apoyo que necesitaba de los venecianos para que le reconocieran como Duque de Milán. Beatriz llegó a la sala del consejo veneciano espléndidamente vestida de brocado y joyas, deslumbrando a todos con sus palabras.

Pero su vida quedó precozmente truncada cuando a la edad de 22 años muere de parto, al dar a luz al tercero de sus hijos, niño que nació muerto.

Ese triste 3 de enero de 1497 todo Milán, nobles y plebeyos, lloraron su muerte. Su tumba, junto con la de su esposo, se encuentra en la Cartuja de Pavía en la provincia de Lombardía, al norte de Italia.

Bibliografía e imágenes:

https://www.virtualuffizi.com/es/

http://www.historyandwomen.com/2013/09/beatrice-deste-duchess-of-milan.html

 

 

 

 

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Domenico Ghirlandaio y su Madona in Trono

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Un increíble broche de lapislázuli y perlas,  abre nuestra temporada de joyas históricas este otoño.

La increíble joya que pintó Doménico Ghirlandaio

La joya fue pintada por Doménico Ghirlandaio entre 1884 y 1486, para decorar  el altar mayor de la Iglesia de San Justo de Florencia. Se trata de una pintura al temple sobre tabla, con un  tamaño de  190 x 200 cm. Esta iglesia, que estaba en extramuros, fue destruida durante el asedio en 1529 de las tropas imperiales españolas a la ciudad. Pero gracias a la intervención de los frailes del convento de San Giovanni Battista della  Calza, la tabla ha podido llegar hasta nuestros días.

Ellos la rescataron y la mantuvieron a buen recaudo, hasta que en 1853 pasó a la Galeria de los Uffizi donde hoy podemos disfrutar de ella.

La obra es una “Sacra Conversazione” (Sagrada Conversación)”, nombre que se le da este género pictórico, muy habitual en la pintura religiosa flamenca y en el renacimiento italiano. La Virgen con el Niño está sobre un trono rodeada de santos, con los cuales mantiene una “conversación” o una relación relajada. Es una composición piramidal, llena de armonía y equilibrio, tanto en los volúmenes como en los colores, que Doménico mezcla magistralmente.

La obra de Domenico Ghirlandaio

Es una obra típica de Ghirlandaio. Una demostración de su detallismo, que podemos apreciar en detalles como los mantos de los dos obispos, la alfombre, el friso de la arquitectura que rodea al trono de la Virgen o las rosetas que adornan la parte interna de la bóveda del trono. Y, por supuesto, en nuestro precioso broche de lapislázuli y perlas.

Cuando miras el cuadro, es inevitable que el primer sitio adonde se vayan los ojos sea a la Virgen con el Niño. Y, en mi caso, por supuesto, al precioso broche que lleva la Virgen.

Mi deformación profesional me lleva a examinar al detalle todas las joyas que encuentro en cada una de las exposiciones que visito, o en las numerosas horas que paso navegando por Internet en busca de alguna pieza que llame realmente mi atención.

La Virgen y el Niño son los personajes principales, no dándonos casi cuenta de que Doménico los pinta en un tamaño un poco mayor. Pero es tanta la armonía con los demás que apenas se aprecia. También nosotras hemos realizado el broche de un tamaño un poco mayor a lo que solemos hacer, para de esta manera continuar un poco con la idea que tenía el artista de darle más importancia al personaje de la Virgen.

ghirlandaio

La Virgen Maria también lleva sobre sus hombros un manto donde, a la derecha, se ve una estrella dorada, antiguo símbolo de la Gracia Divina, es la “llena de gracia”. La Virgen, sentada en su trono, lleva sobre sus rodillas al Niño Jesús, que con la mirada trata de entablar relación con los dos obispos.

Los obispos que acompañan a la virgen son San Zenobio, obispo y patrón de la ciudad de Florencia, y San Justo, titular de la iglesia. Hay otras dos figuras destacadas a cada lado de la Virgen, son  dos arcángeles: el que está a la derecha de María es el arcángel San Miguel, vestido de guerrero con una magnifica armadura y espada, es el príncipe de la milicia celestial, el defensor del pueblo de Dios contra el demonio, el que vence a Lucifer y a sus seguidores con su espada de fuego. Ghirlandaio logra dar a la armadura un efecto perfecto, metálico y dorado, en sus adornos.

En el lado derecho se encuentra el arcángel San Gabriel con una rama de lirio en la mano. Es el arcángel mensajero de Dios, que anuncia a María que va a ser la Madre. A este arcángel siempre se le representa con el lirio que simboliza la pereza, la virginidad, la inocencia, el amor y la armonía, cualidades que poseen la Virgen y el arcángel.

Detrás de los arcángeles hay cuatro ángeles y detrás del trono unos árboles simbólicos: el naranjo con sus frutos simbolizando la fertilidad y la pureza; el granado que simboliza la realeza y los cipreses que simbolizan la inmortalidad y la santidad.

Sin lugar a dudas una magnífica obra que me encantaría ver de primera mano de nuevo. De momento, por si no la habéis visto, os dejo unas cuantas fotografías para que aprecies mejor el detalle y, por supuesto, una foto del broche del que os he hablado.

Espero que os guste mi joya histórica de este mes de septiembre.